Soñaba con ser cirujano plástico y que mi nombre sonara en los grandes concursos de belleza universal, sueño que se frustró al darme cuenta que con el dinero que contaba no podía costar ni la inscripción en una universidad tan cotizada, siendo estilista empieza la odisea, no era fácil calar en la sociedad colombiana "específicamente bogota" donde si bien es cierto su gente es muy elegante, también suelen ser tan fríos como el clima de la ciudad, temperamento que cambia cuando te ganas su corazón. En fin, solo sin papá sin mamá, con frío y poca Plata, necesitaba trabajar, para entonces en el 2003 Bogotá: era LA NEVERA, hoy en día no hace frío.
Vivía en un cuarto modesto de una pensión en la Candelaria, una casa vieja con piso de tablas donde no era fácil dormir en las noches, y pensar que EL EXORCISTA haría soñar las tablas caminando hacia mi cuarto, doña Gladys una mujer católica y de carácter muy muy jodido, tenía Santos y velas encendidas en toda la casa, mi habitación quedaba al otro costado del patio donde se encontraba el baño, lo que para mi era una pesadilla, y es que cada noche intentaba tener vaso de cama, pero se me olvidaba, lo que me hacía cada noche, con ganas de chichi, enfrentarme a mis miedos nocturnos, principalmente EL EXORCISTA.
Así transcurrían los días, sin conseguir un empleo fijo y el dinero en decadencia, y un orgullo en mi cabeza que no me dejaría ir a quejarme con mis papás.
Así poco a poco empieza el sufrimiento, pero con el pasar del tiempo aprendería a no perder el foco.
