Así esa noche transcurría, el cansancio el hambre y el sueño, me traían dominado, logré cobijarme entre las paredes de una iglesia, y allí me dormí, al despertar en la madrugada solo tenía las paredes de la iglesia y yo, mi maleta con todas mis pertenencias, decidieron salir de paseo con un amigo de lo ajeno.
Desesperado corrí llorando , no entendía porque estaba pasando por esto.
Acaso me lo merecía? Acaso tenía que volver a mi casa en condición de fracasado? Pues no! Y lleno de valor e intento reponer mi ánimo, llego a un sitio llamado Quiroga, una zona de rumbeaderos y de mucho tránsito nocturno, dos dias con la misma ropa afortunadamente negra, no se veía sucia pero el olor ya me estaba traicionando, entro a un bar de una mujer costeña, le pido el baño prestado, al salir le doy las gracias, y le pregunto si no tenía un espacio para que me diera empleo, así fuera solo por comida, acto seguido le cuento mi historia, y es donde ella me dice pues quédate, me vendría bien una mano hoy que estoy sola, mañana ya veremos. El sueño él hambre y el frío desaparecieron, estaba muy esperanzado y emocionado, así no me pagarán no estaría en la calle.
Al cabo de hora y media, ella me dice muchacho venga, me traía un par de bollos de yuca y un agua panela caliente, para mi era la gloria después de dos dias sin comer, así pasaron las horas y al amanecer, ella me dice camina, vamos a mi casa! Así duermes descansas te bañas y me ayudas esta noche.
