CAPÍTULO 30: ¿Dulce o truco?

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Siento su mirada sobre mí, escucho el sonido de su respiración. No quiero abrir los ojos, no quiero verlo. Me aterra encontrarme con su mirada perversa y su rostro repugnante mientras me observa.

- Te deseo, Ali y pronto serás mía.

Escucho su voz nauseabunda pronunciar cada palabra. Un escalofríos recorre mi cuerpo, al igual que unas nauseas.

La puerta se abre, unos pasos se escuchan y después alguien carraspea.

- Necesito estar a solas con ella un momento.

¿Carolina? Sea quien sea creo que podría ser mejor que el maldito Dave.

- Como quieras, cuñada.

¿Cuñada? ¿Acaso es Camila? ¡Dios mío!

- ¡Allison! - dice mi nombre en forma cantada e intentando sonar simpática. - Vamos querida, despierta. - vuelve a hablar mientras patea ligeramente mis piernas.

No quiero abrir los ojos, no quiero verla.

- Bien, ya que me obligas...

Puja como si levantara algo pesado y acto seguido siento una cubetada de agua fría caer sobre mi cuerpo.

Eso me hace sobresaltar y gritar. Al abrir los ojos me encuentro con su rostro y efectivamente es Camila.

- Buenos días, querida. - comienza a reír. - En realidad, buenas noches. - ladea la cabeza.

- C-camila. - miro las quemaduras en su rostro.

- Sí, ¿acaso ya no me reconoces?

Camina hacia mí y se inclina mientras pasa sus dedos sobre mi cabello.

- Por tu culpa estoy así. - me suelta una cachetada que hace que mi rostro se volteé de inmediato.

- Eso te lo hiciste tú sola, porque eres una loca.

Camila vuelve a golpearme. Cuando vuelvo mi mirada a ella, veo como tensa su mandíbula y aprieta el puño.

- Pronto podré hacerte pagar por todo. - se levanta bruscamente. - Por cierto, Harry y yo estamos juntos.

Sonríe ampliamente y camina con felicidad hacia la puerta.

No entiendo el afán que tienen de que crea esa mentira. No sé porque se empeñan en decir que Harry está con ellos. Jamás les voy a creer.

- ¡Malditos locos de mierda!

- ¿Nosotros? - la puerta se abre dejándome ver a Dave.

Su rostro tiene una gran sonrisa y en sus manos trae una toalla y ropa.

- Camila se pasó un poco, ¿no crees? - pone las cosas en una silla y se acerca a mí. - Levántate, debemos secarte o podrías enfermar.

Odio la forma en la que me habla, ese afán de parecer bueno, noble y amable. Es el mismo tono que utilizaba cuando nos estaba engañando.

No sé porqué dejé mis sospechas a un lado y simplemente comencé a confiar en él.

- Vamos Ali. - habla sin dejar de sonreír.

Me levanto lentamente sin dejar de verlo con odio y repulsión. Él extiende su mano para que la tome pero no lo hago.

- Puedo hacerlo sola... ¿podrias salir? - mi voz tiembla, quizá por el frío, el miedo o la ansiedad que me causa.

- Lo harás sola, sin embargo, no planeo salirme de aquí. - sonríe cruzándose de brazos.

Las lágrimas invaden mis ojos y la rabia recorre todo mi cuerpo. Aprieto mis dientes y mis manos a mis costados.

MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.Where stories live. Discover now