CAPÍTULO 31: La luz al final del túnel.

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Abro los ojos, la luz me lastima demasiado.

- ¿Ali? - escucho la dulce voz de Harry y sonrío aún sin abrir los ojos.

- Dime que no estoy soñando.

- No estás soñando Alien. - la voz de Ana también es música para mis oídos.

- Venga, abre los ojos. - pide la voz de mi padre y de inmediato lo hago.

- ¡¿Papá?! - grito sentándome en la cama y buscándolo con la mirada.

- Mi pequeña. - dice mi padre quien está sentado en una silla de ruedas.

- Papi. - quiero bajarme de la cama pero no puedo.

Tengo puesto un suero y aún estoy mareada. Mi padre se da cuenta de eso así que se acerca. Ana le da un pequeño empujón a su silla y él llega hasta mí.

- Papi... - mi voz se quiebra y comienzo a llorar.

Él toma mi mano, la besa y después me abraza. Este abrazo me está devolviendo la vida. Añoraba su calor, su olor, la suavidad de su contacto. Añoraba a mi padre.

- Te amo mi pequeña Ali. - susurra cerca de mi oído mientras lo escucho sollozar.

- Te amo papá.

- ¡Ay! Yo también quiero un abrazo. - dice Ana y todos comenzamos a reír.

- Ven. - la llamo con un movimiento de mano. - Todos vengan. - pido y ellos se acercan.

En la habitación está mi madre, mi hermana, mi sobrino, mi abuela, Harry, Ana y mi padre.

Todos se abalanzan hacia nosotros y nos fundimos en un abrazo sincero y con amor.

[...]

Después de hablar un largo rato y responder algunas preguntas un tanto incómodas para mí, en la habitación quedamos solo Ana y yo.

- Te extrañé. - dice con la cabeza en mi pecho.

Porque si señores, Ana está tumbada encima de la misma cama de hospital que yo. ¿Por qué? Pues porque es como un changuito que se trepa donde sea, por eso le digo Ana banana.

- Perdóname. - digo mirando su cabeza.

- ¿Por qué debería hacerlo?

- Porque por mi culpa casi te matan.

- No es tu culpa que tu marido esté rodeado de gente loca.

- Lo sé pero me sentiría mejor si me perdonas.

- Está bien, te perdono... por ser la mejor amiga del mundo. - sonríe y me toma del mentón para darme un beso en la mejilla.

- ¡Qué asco! - comienzo a reír y ella frunce el ceño.

- Me la vas a pagar Alien. - entrecierra los ojos y yo sonrío.

- Por cierto, ¿cómo está Mike?

- Mejor, aún no le permiten levantarse de la cama, pero te mandó saludos.

- Quiero verlo.

- Espera que se te pase el mareo y yo te llevo.

- Está bien. - miro mis manos y veo la marca de las cuerdas y las esposas.

No puedo evitar recordar lo que pasé y comienzo a llorar.

- ¿Qué pasa? - Ana pregunta asustada mientras me mira. - ¿Qué tienes?

- Abrázame. - pido y ella lo hace. - Tengo miedo.

MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora