Día 8: Rutina

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   Uno encima del otro continuaban disfrutando de las placenteras sensaciones al besarse hasta quedar sin aire.

   El calor empezaba a llenar la habitación, y Fargan aprovechó el momento para quitarse la camiseta y poder disfrutar aún más de las caricias del otro. Mientras subía una de sus manos a la camisa de su novio, decidió que era momento de quitarla también, le estorbaba demasiado en esos momentos y ya quería sentir su piel.

   Continuaron fundidos en el apasionado beso, los sonidos de sus labios despegándose del otro adornando las cuatro paredes. Fargan lo estaba disfrutando, hace unos días que no lo hacían por falta de tiempo y ésta era la manera de compensarlo. Sin embargo, notaba a Willy un poco resistente a sus toques, por lo que intentó seguir provocándolo y lentamente comenzó a besar su cuello.

   El albino no disfrutaba mucho de la atención que le brindaba su novio, seguía por instinto las caricias del otro y las correspondía, pero sin mucho ánimo, que intentó esconder. Su cuerpo quería responder ante todas las sensaciones, le pedía más, pero su mente lo bloqueaba, como si estuviese en otro mundo.

   Sabía que tarde o temprano Fargan lo notaría, intentó disimular lo mejor que pudo, pero algo le inquietaba demasiado como para disfrutar algo que llevaban tiempo esperando.

   El castaño continuó dando cortos besos bajando por el centro del pecho contrario, explorando todo su abdomen deteniéndose en la parte baja de Willy. Con unas de sus manos agarró su ropa interior, pero se detuvo en seco y subió su mirada al albino, que se encontraba perdido en sus pensamientos. Algo le pasaba.

—Willy, ¿Qué te pasa?—preguntó verdaderamente preocupado.

—Nada, nada, tú sólo sigue—respondió tratando de sonar indiferente, pero se le daba fatal mentir.

—Que no, claramente no lo estás disfrutando—aseveró Fargan y se movió para quedar lado a lado en la cama junto al albino, cruzando sus brazos como diciendo que no aceptaría esa explicación—hace días que te veo decaído, sé que no nos hemos visto tan seguido, pero no entiendo qué es lo que piensas tanto. Sólo sé que no sabes fingir, algo te tiene mal.

—Que no es nada Far, no te preocupes, sólo son pensamientos estúpidos míos—intentó sonreírle para intentar convencerlo de que todo estaba bien—si quieres podemos continuar—puso una mano en el pecho del contrario, quien la apartó.

—Si fuesen estúpidos no te tendrían tan desanimado estos días—alcanzó su camiseta y la de Willy, entregándole la correspondiente para que se la pusiera, haciendo lo mismo con la suya. Sabía que era mejor hablar del tema en el momento, por más ganas que tuviese de besarlo y estar con él.

   El albino simplemente suspiró vencido, no lo dejaría tranquilo hasta que le contase, y fue ahí cuando sintió la mano ajena siendo entrelazada con la suya, cosa que le pareció tierna.

—Lo que sucede es que últimamente siento que todo es lo mismo—soltó la mano del mayor para llevarse las manos a la cara masajeando su frente, no se atrevía a mirar a Fargan en ese instante—una rutina interminable, salimos a trabajar, nos quedamos en casa, o salimos a beber algo con nuestros amigos de siempre. Ya me aburre que siempre sea igual, y me hace pensar que si todavía somos relativamente jóvenes, ¿Qué nos deparará el futuro cuando seamos demasiado viejos para salir siquiera?—empezaba a dar vueltas en su cabeza aquel pensamiento hace días—si ahora me he cansado de esta rutina, ¿Cómo podré vivirla durante años junto a ti?—lo último había salido de improvisto, se dio cuenta de su error, no quería decirlo de esa manera y se volteó a ver a Fargan quien ahora se encontraba con un miedo en la mirada gigante.

Willgan Month 2021 《Corazones Explosivos》Where stories live. Discover now