La tormenta

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El camino hasta que llego a casa se me hace corto a pesar de lo lejos que esta mi apartamento del de Damiano, y cuando abro la puerta me sorprende ver a Ryland sentado en el comedor con el ordenador delante.

- Hey, ¿Qué haces levantado? Son las 8 de la mañana, creí que estarías durmiendo. – Me acerco y beso su mejilla como saludo.

- Quería ir a fotocopiar los billetes de avión y preparar la maleta para no estar agobiado estos últimos días. ¿Tu porque vuelves tan pronto? Creí que estabas con Damiano.

- Siempre vuelvo a esta hora.

- ¿Tanto madrugáis?

- Salgo antes de que despierte. – Me mira extrañado y hace un gesto para que le cuente por qué. – No queremos complicar las cosas.

- Bueno eso deberíais haberlo pensado antes de dormir juntos. No se que más da que os levantéis también.

Ignoro sus palabras y entro en mi habitación. Me cambio la ropa y me meto en la ducha para tratar de relajarme. Hoy estoy especialmente tensa. Se perfectamente que es porque me quedan solo 2 noches en Roma y mi corazón me pide con todas mis fuerzas que me quede. Odio que esto haya ocurrido, pero odio mucho más que pase esto. Primero me dejo llevar, y al día siguiente todo me parece una horrible idea, pero al cabo de unas horas vuelta a empezar. Salgo de la ducha y me coloco una sudadera y unos vaqueros. Al mirar por la ventana veo que el sol que me despertaba tan solo una hora antes ha desaparecido, y el cielo de Roma se ha encapotado de nubes. Pienso en la metáfora de ese cielo. En como algo que parece perfecto se acaba convirtiendo en una pésima idea. Como la que yo cometí dejándome llevar con Damiano.

- Roxanne. – Me giro hacia Ryland que me mira desde el marco de mi puerta. - ¿Has decidido ya donde vas a ir?

- Nueva York. – Vuelvo la mirada hacia el cielo. – Me voy a Nueva York.

- Genial, te va a encantar Nueva York. Una pena que no vayas a estar el mes entero allí. Tenemos que salir hacía Colorado como tarde el 18 para no pillar atasco con todo el mundo volviendo a casa para Navidad.

Navidad. Me giro hacia él y niego lentamente con la cabeza. No pienso pasar Navidad con su familia.

- ¿Qué? ¿Quieres salir más tarde?

- No voy a ir a Colorado Ryland. – Inmediatamente veo que palidece ante la idea de que pase sola las navidades.

- No voy a dejarte sola en Los Ángeles después de la última vez Roxanne.

- No voy a estar en Los ángeles. – Un nudo se forma en mi garganta ante la dirección que esta tomando la conversación y vuelvo a apartar la mirada de él para dirigirla a la ventana. Unas pequeñas gotas mojan el cristal y la tormenta se acerca. Como la que está a punto de ocurrir.

- ¿España? Creía que no querías volver. De verdad, quiero que vengas conmigo. Se que no quieres ver a Ross, pero no quiero que pases las navidades incómoda.

- Me mudo a Nueva York.

Por un instante, el silencio que se forma solo nos deja oír las gotas que golpean con fuerza en el cristal. Ryland se ha quedado pálido, y se que esta manteniendo la respiración. Continúo hablando sin mirarle.

- No quiero volver a Los ángeles, lo decidí desde el día que puse un pie en el aeropuerto. Solo me ha traído problemas, no es la vida que busco. Quiero empezar de cero en un lugar donde no me persigan los recuerdos.

Tornare (Damiano David)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu