Cuestiones

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Marzo

Dábamos comienzo al mes de marzo, y con él, a los dos meses que cumplía de embarazo. Estaba completamente desorientada y aterrorizada. Tenía la sensación de que todo el mundo se había encargado de cuestionar todas y cada una de las decisiones que había tomado en mi vida. Cuando era niña, se me cuestionaba la ropa que llevaba, la forma de ser que tenía, porque era tan seria y callada. Pase la adolescencia siendo cuestionada acerca de mis decisiones de futuro. ¿Cómo vas a irte a Los Ángeles? ¿Acaso tienes dinero o vas a gastarte el de tus padres? ¿De verdad crees que vas a llegar a algo? Esas eran todas y cada una de las cuestiones que habían rondado mis años de adolescencia y de adultez en cuanto cumplí los 18 años. Cuando conseguí triunfar, me encargue de mandar un mensaje por Instagram a todas esas personas que no habían creído en mí, con un gran Joderos hijos de puta, mirad donde estoy. También fui cuestionada por aquello. Luego llego mi relación y ruptura con Ross, mi mudanza a Roma, mi boda con Damiano y ahora, después de todo, había salido a la luz lo de mi enfermedad. Cuestiones y más cuestiones. Pero la que más me aterraba se hacía presente contra mayor tiempo de embarazo llevaba. Sabía que tarde o temprano alguien se daría cuenta, o nosotros mismos tendríamos que contarlo. Y hay llegaba la mayor y más importante cuestión. ¿Cómo se te ha podido ocurrir quedarte embarazada si estas luchando contra el cáncer? Me aterraba pensar en esa pregunta. En las hordas de comentarios que llegarían preparados para destruir la poca estabilidad que me quedaba. Pero la peor cuestión me la hacía yo misma. ¿Seré capaz de ser una buena madre?

- ¿Nena en que piensas? – La voz de Damiano me saca de mis rumiaciones y me doy cuenta de que llevo un buen rato fregando el mismo plato con la mirada fija en la ventana.

- En nada. – Miento, dándole una sonrisa y siguiendo a lo mío.

Él me rodea con sus brazos, depositando ambas manos en mi barriga ligeramente abultada mientras me muerde el lóbulo de la oreja haciéndome estremecer.

- Ya, te olvidas de que te conozco mejor que nadie. Y además casi desgastas ese plato. – Tira de mi cuerpo girándome y haciendo que le mire. - ¿Qué es lo que te preocupa?

Suelto un suspiro y apoyo mi frente en su hombro mientras dejo que su breve masaje me reconforte. Habían sido unos meses magníficos a su lado. Después de aquella horrible pelea, nos habíamos unido más que nunca, y no podíamos estar en un mejor momento.

- ¿Qué vamos a hacer cuando se den cuenta de que estoy embarazada? – Digo tras suspirar y esconderme mucho más en su cuello.

- No se nota aún, no tenemos que preocuparnos de eso.

- La prensa esta todo el rato encima de mí.

- Es que tienen muy reciente la noticia, y son unos putos cuervos. Ya se les pasará. De verdad, no te preocupes por eso.

- Pff. De acuerdo. – Me separo de él y le beso la mejilla como agradecimiento. Trato de volver a lo mío, pero me agarra del brazo y me gira de nuevo hacia él. Mirándome con ojos de inquisición.

- Dime lo que te preocupa de verdad.

- Odio que hagas eso.

- Culpa tuya por ser tan trasparente para mí. – Le doy un manotazo provocando que se ría y le miro con una sonrisa triste.

- Me da miedo no ser una buena madre. – Mis palabras abandonan mi boca en forma de susurro, y Damiano me mira con sorpresa ante esa afirmación.

- ¿Por qué piensas eso?

- Bueno, no es que haya tenido el ejemplo de madre perfecta. Odiaría convertirme en alguien como ella. No quiero que mi hijo o hija se sienta así conmigo.

Tornare (Damiano David)Where stories live. Discover now