12 +La cicatriz de Rachel+

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Narradora: Rachel Gardener

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Narradora: Rachel Gardener

Los molestos encuentros con Jarom me hicieron cuestionar si mantenerlo cerca era lo que quería, pero verlo arrodillado cerca de las tumbas de sus padres me hizo sentir empatía, yo entiendo lo que se siente no tener padres y a pesar de que él es un duende sé que también sigue sintiendo como un humano.

Mi papá siempre hablaba de este duende y ahora que lo pienso, creo que lo apreciaba por ciertos motivos que nunca me dijo. Tal vez no sea tan malo como parece.

La voz de Darcy me hace estremecer del susto y enseguida me pongo de pie para quedar frente a ella.

—¿Qué estás haciendo? —Pregunta, extrañada.

—Nada... Estaba atando las agujetas de mis zapatos —contesté, nerviosa.

—¿Con quién hablabas? ¿Acaso ahora hablas sola? —Inquirió, haciendo un mohín.

Jarom resopla mostrándose aliviado de que mi hermanastra no lo pueda ver.

—En cierta forma no hablaba sola —señalo las lápidas—... conversaba con ellos.

—No sabía que ahora hablabas con los muertos.

—Ten más respeto por estas personas. Les estaba pidiendo que si eran ellos los que molestaban en la casa que por favor lo dejaran de hacer y...

—Sí, ya —me interrumpe con cierto desdén—. Realmente no me importa. Vine porque debo acompañarte a la panadería a llevar los pasteles.

Cierto, los pasteles. Pero no he podido preparar ninguno por culpa del estúpido duende.

Volteo disimuladamente y le doy una mirada rápida a Jarom, quien me observa con una sonrisa de satisfacción.

—No he podido preparar pasteles, lo siento —confieso con voz tenue.

Darcy se cruza de brazos y frunce su entrecejo.

—¿Lo sientes? ¿Crees que esto es un juego? La ganancia de los pasteles es la única entrada de dinero que tenemos ahora, ¿y tú te atreves a decirme que no has preparado nada? —Bufó, enojada.

—Es una situación que se escapa de mis manos y necesito tiempo para solucionar ese problema...

—Cuando mi mamá se entere de seguro se va a enojar y sabes lo que es capaz de hacerte. ¿Por qué eres tan estúpida, Rachel? ¿Por qué sigues retando a mi mamá?

—No la estoy retando, te digo la verdad —refuto, ladeando mi cabeza—. Solucionaré el problema, solo no le digas a tu mamá, le diremos que en la panadería nos pagarán en unos días.

—¿Y por qué debo ayudarte?

Las manos de Jarom sobre mis hombros me hacen quedar paralizada.

—Repite todo lo que te diga —me dice con su voz masculina.

El tesoro de un duendeWhere stories live. Discover now