24 +La ceremonia+

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Narradora: Rachel Gardener

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Narradora: Rachel Gardener

Han pasado algunas horas desde que regresamos a la guarida y no puedo dejar de pensar en mi madre y en Jarom, deben estar siendo torturados por esos despreciables duendes; cada hora que pasa trae consigo más incertidumbre y sé que debo actuar pronto si quiero salvar a todos.

Adler parece haber reaccionado y me dirijo a verlo porque Any considera que será mejor que yo le informe todo lo que pasa y no tener que hacerlo una de ellas o en su defecto, algún duende.

En una especie de camilla improvisada de madera, se encuentra acostado sin camisa y atado de forma que no pueda levantarse. Se queja profiriendo amenazas que enseguida detiene al verme.

—Cachorra, ¿qué está pasando? —Se escucha preocupado—. ¿En dónde estamos? ¿Por qué me tienen atado?

Colocándome a su lado, tomo unos minutos para ponerlo al tanto de todas las cosas que han pasado en tan solo un día, él parece impresionado por todo lo que le digo y más al enterarse de quién soy en realidad. Sin embargo, se interesa más en saber sobre su posición en cuanto a lo que ha pasado en nuestra relación, porque nota mi indiferencia.

—Adler, a pesar de que me alegra que estés vivo y de verdad estoy muy agradecida contigo por arriesgarte de esa forma para intentar salvarme, yo...

—Entiendo, sé que te decepcioné con lo de Filadelfia y con lo de mi mamá —resopla—, pero quiero que intentes comprender mi situación antes de tomar una decisión.

Aún me duele su traición, no siento que haya una excusa tan buena para lo que hizo, mas entiendo que todos merecemos ser escuchados. Tal vez, lo que diga ahora puede ayudarme a tomar la mejor decisión.

—Está bien, voy a oírte.

—Gracias. ¿Puedes desatarme antes? Por favor.

Le ayudo a desatarse y vuelvo a mi lugar abrazando mi abdomen.

—Bien... Poco antes de que Gabriel muriera, yo descubrí que mi mamá tenía un amante, créeme que la enfrenté aunque no logré nada con eso, luego murió tu padre y decidí dejar todo en el pasado —aprieta sus labios—. Escuché algo que me hubiese gustado no haberlo hecho, una conversación telefónica entre mi madre y alguien más, en ese momento dudé de la muerte natural de Gabriel; seguí a mi mamá, para ver con mis propios ojos a su amante, quien también era el médico que atendía a tu papá. Todas las deudas fue culpa de mi madre, ella planeaba quedarse con todo haciendo creer que Gabriel había quedado en la quiebra. La verdad es que todo fue un plan del doctor, el administrador y mi mamá para quedarse con todo, pero ella no pensó que su amante y el administrador la traicionarían y la dejarían sin nada, amenazando con denunciarla por la muerte de tu padre, porque fue ella la que planeo todo y la que administró el veneno en pocas cantidades durante un tiempo; ellos tenían la evidencia que la implicaba a ella y por eso prefirió no hablar.

El tesoro de un duendeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora