capitulo doce

3.6K 487 231
                                    

¿Que era exactamente el tiempo? ¿Que era el pasado, presente y futuro?¿donde se encontraban parados exactamente? ¿realmente existía alguna brecha en el tiempo?¿Realmente existía aquello llamado presente?

¿Que es todo lo que ahora vivimos? Simplemente hay cosas indescriptibles, imposibles para el cerebro humano poder registrar o creer, y en algunos momentos solo ocurre de una manera o otra en la que la persona solo lo toma como algo natural.

Y en la cabeza de un pelinaranja era demasiado tonto para razonar esas cosas y ponerse a pensar lo que estaba viviendo ahora mismo, lo único que aún recordaba la primera que su corazón se partió al perder lo único que le hacía feliz en esta vida. Eso era lo único que pensaba.

Creía que ya no tenía ni una oportunidad en la vida, hasta que por algo inexplicable en el universo le dio una oportunidad de volver a salvarlo. De tratar salvar a Kageyama. Odiaba pensar, se esforzaba por pensar claramente en el voley, y ahora luchaba por pensar correctamente en salvar a la persona que tanto quería.

Su alarma sonó y suspiro decepcionado de si mismo, otra vez no lo había logrado, ya era su tercer intento, no podía hacer que continuara viviendo.

Se preparo el desayuno con desánimo, normalmente solía salir corriendo a verlo, sin decir absolutamente nada, pero hoy se le apetecía comer algo y recuperar las energías que había perdido en esos días, días que no existieron ahora.

El era una persona sensible, alguien que se deprimia con facilidad en ciertas cosas de la vida, y esto no era lo de menos, ¿como era posible que no le afectase sentir como su amigo moría repetidas veces?

Agradecía que su madre y su hermana salieran de casa con frecuencia, no podría soportar también a su familia preguntándole que le ocurría.

Si, estaba solo la mayor parte del tiempo. Excepto cuando estaba con el, Kageyama siempre lograba sacarle una sonrisa, siempre estaba presente, aveces algo insoportable, pero siempre estaba. Se había acostumbrado tanto a su presencia, que no pudo soportar perderle.

Prefería decir eso, antes que decir que lo amaba.

Se enojaba con el pelinegro, por ser tan egoísta y decirle que lo amaba, besar sus labios y luego matarse, se sentía enojado por hacerle sentir tantas cosas y luego acabando con su vida. Odiaba recibir ese mensaje cada vez que lo hacia.

"Mientras tu respires siempre estaré presente, te amo"

Su corazón se partía en miles de pedazos, aveces creía que si no le besaba habría alguna forma de pararlo, por mas que amara que sus labios se encuentren, solo debía encontrar una forma de que pare.

_. ¡Kageyama!─Saltó encima del pelinegro, saludandole en ese comienzo de semana. Alegrando un poco su corazón viendole vivo una vez más. Triste por no haber podido salvar al anterior Kageyama. Sus esperanzas aún seguían intactas por tener una oportunidad más.

_. Bajate ya tarado. Se dice buenos dias.

_. Buenos dias.─ Tobio rodeó los ojos y comenzó a caminar. Hinata podía sentir como siempre le observaba, podía sentir como sus ojos nunca abandonaban su presencia. Y también podía ver lo apagados que se encontraban, como si se hubiera dado porvencido.

Cada vez era ligeramente distinta, o aveces demasiado repetitivo para ser verdad, pero en cada momento, cada vez que sucedía, siempre antes de morir le daba un cálido y tierno beso, más ese maldito mensaje que le atormentaba todas las noches, aquel miedo de recibir un mensaje del pelinegro y que sea ese cada vez que sonaba su movil le perseguía donde quiera que vaya.

Al menos cada momento en que entrenaban y levantaba el balón para el siempre era lo mismo, eso nunca cambiaba, la sensación entre ambos nunca cambiaba en ese momento_. ¡Salta mas naranja andante!─ Gritó Tobio. Recibiendo una mueca por parte de Hinata, que estaba relajado por convivir a su lado. Aun así esa sensación incomoda no abandonaba su pecho, esa sensación de angustia no desaparecía.

Y era imposible sacarle algo al pelinegro, por mas que intentase preguntar, sabía que no lograría sacarle absolutamente nada.

Suspiro mirando al causante del dolor de cabeza. Quería dejar de pensar, ¿porque no vivía y listo? ¿Porque no se conformaba con que el lo quiera?

_. ¿Porque estas tan raro ultimamente?─Trató de preguntar disimuladamente, con el miedo a la respuesta, y con la necesidad de una respuesta_. ¿Sigues deprimidoporque perdimos los nacionales? Sabes que llegamos muy lejos, y fuiste mejor que ese colocador Miya?─Kageyama carcajeó desacomodando sus cabellos, se sentía bien verle reír mínimo.

_. Hinata idiota─Tomó su mano, sus toques eran cálidos, tanto que deseaba nunca más despegarse de él. Tan cálido que no parecía estar tan triste, tan cálido para alguien que quería acabar con su vida.

Se despidieron como de costumbre, sin soltar su mano hasta el final del camino, sin querer alejarse en los últimos segundos, pero al fin del trayecto, dejandolo ir, alejándose para marcharse a casa y para después repetir el día. Para llegar y esperar impacientemente que llegue el siguiente día y poder volver a verle.

Sus horas de sueño habían sido afectadas, hace días que no dormía adecuadamente, el miedo en su pecho no lo dejaba dormir. Sentía que si se dormía como la ultima vez, recibiría ese mensaje incapaz de responder o hacer algo al instante. Aún así confirmo que ni ello funcionaba, luego de aquel mensaje, Tobio nunca más prendió su celular.

Nunca vio los miles de mensajes que dejó pidiéndole que no lo dejara, nunca llegó a ver sus súplicas para que no lo hiciera.

Sabía que debía entender que tal vez Kageyama no quería sufrir más por razones personales. Se sentía egoísta por quererlo a su lado, pero así era, quería que el sea feliz a su lado. Si no encontraba la felicidad en esta vida, quería ser el causante de esta.

Quería ser feliz con el, quería hacerlo feliz.

_. Quedate conmigo...─Dijo en un susurro a las estrellas por una oportunidad más, una que funcionase. Una por la que ellos dos estuvieran juntos y felices_. Por favor...─Suplicó sin poder quedarse dormido, con el movil en su mano por si ello llegara a pasar, sol por si acaso. Y el único día que podía dormir, era el día que recibiese un buenas noches de parte de Kageyama.

Era demasiado tonto para saber como lidear con una situación como esta.

Solo era un niño enamorado.

Tu voto es la razón de que cada uno de ellos siga existiendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tu voto es la razón de que cada uno de ellos siga existiendo

Capitulo editado 23/06/2023

the reason of your why [Kagehina]Where stories live. Discover now