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Volvía a ver las calles de Corea aunque no recuerde algunas cosas de ella, no sabía a dónde se dirigían ahora, solo sabía que Sana los había recogido de la comisaría y ahora estaba en su auto de camino a la casa de la peliroja que desconocía donde quedaba.

Miró a Jihun quién iba mirando todo por la ventana, Jane quiso subirse atrás junto a él aunque Sana le ofreció ir adelante con mientras le ponía seguridad al niño, su auto tenía lo necesario para eso pero Jane se negó.

Pequeñas sonrisas aparecían por sus labios al ver a su hijo disfrutar el mundo exterior, le acarició la cabeza y él volteó para sonreírle también y volver su vista a la ventanilla del auto.
—Estarán cómodos en mi casa se los aseguro, no vivo sola mi hermana vive conmigo.

—¿No será molestia para ella? Ya sabes...— dijo nerviosa.

—Pero no, tranquila Gina es muy comprensiva, no le molesta nada. Nos está esperando con unos cafés y leche o chocolatada para el pequeño ¿Que toma?— la miró por el retrovisor.

—Las dos está bien para él.

—Perfecto entonces. Y... ¿Cuántos años tiene?— la otra chica también estaba algo nerviosa al hablarle, no quería hablar de más y producir malestar a su vieja compañera.

—Tres.— lo miró.— Cada vez crece más rápido.

—Así son los niños. En casa hay juguetes que eran de mi sobrino cuando venía a visitarme.

—¿Que pasó con tu sobrino? ¿No viene más?

—No de momento, se fueron a otro país y entonces, quedaron allí bien guardados.— Jane solamente hizo un sonido con su garganta.— Aquí vivo.—Sana dobló hacía la derecha haciendo que el auto subiera por la entrada donde iba estacionado el auto.

Al frente vió una casa normal y linda, era amarilla pero un color claro junto al techo que era de color marrón, interesantes colores. Jane se desabrochó el cinturón mientras la peliroja agarraba sus cosas y salía del auto.— Llegamos.— le desabrochó el cinturón y lo ayudó a bajar por la misma puerta que ella lo hizo. Sana los esperaba con una sonrisa.— Bonita casa.

—Gracias, pasen por acá.— Jihun tomó rápidamente la mano de Jane al no conocer el lugar, caminaron por un pequeño camino hasta dar con la puerta y la chica abrió como sí nada.—Bienvenidos, no se preocupen por nada siéntanse cómodos.— le sonrió.

—Gracias Sana de verdad...— fue interrumpida al ver a otra chica un poco más joven llegar a la sala, supuso que era su hermana.— Hola, soy Jane.—saludó amablemente.

—Hola, los esperaba también, Sana me habló de ustedes. Sean bienvenidos, soy Gina cualquier cosa que necesites me llamas y vengo en segundos.— sonrió.

Jane agradeció el trato y después de las presentaciones finalmente la guiaron hasta la habitación que usarían al menos por un tiempo los dos. Las dos chicas le dieron su tiempo a los invitados en adaptarse y demás, el pequeño lo primero que hizo fue subir a la cama y tirarse de espaldas haciendo reír a Jane.

—¿Estás cansado?— solamente confirmó con su garganta.— Bueno, pediré sí pueden poner agua para que nos bañemos y después vamos a tomar algo ¿Bien?— él asintió.

Eso hicieron, estaban cansados y sucios después de un largo viaje. Jane bañó primero a Jihun y luego se bañó ella mientras dejó a su hijo en la cama, solo esperaba que cuando saliera no estuviera dormido, quería que tomara algo para no despertar hambriento en medio de la noche. Para suerte no se durmió, pero estaba a punto.

Jihun aún estaba totalmente tímido con las dos nuevas chicas ya que estas eran muy divertidas y energéticas tratando de hacerlo reír, lo consiguieron y Jane solamente miraba con una pequeña sonrisa la situación. Al terminar los dos fueron a descansar aunque sea algo temprano aún, se colocaron sus pijamas que habían traído y se metieron a la cama.

Jihun se acercó a Jane para estar abrazado a ella dándole más comodidad. Apagó la luz quedando el cuarto oscuro, el sueño se apoderaba cada vez.

—¿Dónde está papi?

Jane abrió los ojos aunque no viera nada.— Él estará en otro lugar unos días.

—¿Por qué?

—Vamos a dormir ya, mañana capaz salgamos. Te llevaré a los juegos.— cortó su interrogatorio, el que saben hacer los niños a todo.— ¿Quieres?

—¡Sí!

Pasaron cinco días desde que estaba en Corea nuevamente, había salido un poco con Jihun, lo llevó a conocer algunos lugares, lo llevó a los parques que había y compró algunas cosas.

Con dinero que le había prestado Sana, se sentía incómoda al saber que la chica estaba gastando en los dos. Pensó que sería momento de buscar algún trabajo y luego ver sí podía tener un apartamento para vivir, aunque sea uno pequeño, eso le bastaba.

Esa tarde tomó un taxi para volver a la casa ya que se habían alejado bastante. Le dijo la dirección al chófer, lo había anotado porque se le olvidaba el nombre.

Jane iba viendo a Jihun porque venía comiendo una galleta que quería, en medio de su vista volvió a mirar afuera encontrandose con su ex instituto, el lugar donde comenzó todo y que no finalizó, algunos recuerdos pasaron por su mente, caras conocidas, profesores, compañeros.

Taehyung.

La tos de su hijo la hizo volver a la realidad apartando la mirada rápidamente de allí.








Jane bajaba sola, había dejado a Jihun durmiendo y se acercó a la cocina donde seguía Sana haciendo algunas cosas en su laptop, ella trabajaba, ya no en la biblioteca, tenía otro trabajo más estable y bueno económicamente. La chica estaba nerviosa pero estaba segura que tenía que hablar y contarle lo que le pasaba.

Habían pasado cinco días, debía decirle que estaba embarazada. No lo dijo antes porque la chica hablaba tan mal de Taehyung y no la culpaba pero sabía que quizás se sorprenda o algo diga.— Sana...

—¿Que pasa Jane?— sacó sus lentes y miró a la castaña.— Escucha, hablé con el abogado y tiene la manera perfecta de que le den más años a ese maldito.

—Yo..—tragó saliva.— Tengo algo que contar.— Sana asintió suavemente y espero por lo que quería decirle.— Bueno yo... estoy pasando por una situación complicada con todo esto y me estresa. Y lo que me pasa ahora también por eso quiero decírtelo.

—Te escucho.

—Estoy, estoy embarazada.— la peliroja quedó sorprendida mirándola con sus ojos bien abiertos.—Me enteré el día que llegué.

—Dios mío, bueno no te preocupes.— habló nerviosa.— ¿De cuanto estás?

—Tres meses dijeron los análisis.

—Bueno, bueno estamos a tiempo.— Jane no entendía.— Aún puedes abortar, tengo un contacto que...— no creía lo que le estaba diciendo, aquello le molestó de una manera que no pensaba que era posible.

—¿Que estás diciendo?— cuestionó.

—Jane, ese maldito degenerado abuso de ti por años, el hijo que tuviste no fue deseado, te obligó.— al principio era así, lo aceptaba.— ¡Volvió a abusar de ti produciendote otro embarazo!

—No fue abuso.— dijo, Sana la miró enseguida.— No fue, reconozco que este embarazo fue de una noche en la que los dos participamos en eso. Puede que Jihun lo haya sido de una manera horrible pero el de ahora no, no nos cuidamos y esto pasó. No voy a abortar Sana.

—Jane tú... ¿Te acostabas con él?

Asintió apenada.— Entiende, era el único que estaba conmigo, el único que me tenía. Sana yo lo quiero, y me tomarás por loca es porque sí lo estoy pero... algo pasó.

—Eso significa que...

—No. Yo deseo que pague, y a la vez me duele también tener que hacerlo. Pienso en Jihun, pienso en Taehyung, lo ama. Por favor no me juzgues.

—Con tal de que dejes que lo hudamos Jane, no es momento de sentimientos, él te hizo mal. Respeto tu decisión de tener otro hijo de él, no pierdas la cabeza. Eres libre y él debe pagar.

Un sabor amargo dejó aquella conversación esa noche. Pero lo que más la impacientaba era el día en que volviera a verlo.

En el juicio.

²¿Esto eres? - Kim Taehyung (COMPLETA)Where stories live. Discover now