UN ARDUO Y LARGO CAMINO

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Luego de algunas horas de enseñanza, Charlotte comenzó a utilizar su poder de sanación en su querido mitad ciervo, quien aún se debatía entre la no vida y la segunda muerte, pronto de las manos de Charlotte un aura blanca comenzaba a revertir el poder del arma Angelical, pronto la herida sanó, pero Alastor aún no despertaba.

-Tengo un mal presentimiento. -

Dijo Charlotte observando como Alastor aun parecía tener fiebre.

-No puedes dejárselo todo a tus poderes querida, también depende de cuánto este vil pecador se aferre a su existencia-

Charlotte frunció el ceño inmediatamente al oír como su padre trataba al demonio pelirrojo.

-Él es como tu yerno, no lo trates asi-

En ese momento escuchó reír a su padre.

-Solo bromeaba querida, dale las ganas de vivir, ese miserable solo vive tras tu luz, asi que ilumina su sendero para que no se aparte de ti-

Darle luz a su senderó, ¿Cómo podría animarlo a seguir a su lado? Aun pesaba sobre ella su pasado como ramera, abriendo sus piernas por unos cuantos billetes, si bien no fue una de las más accesibles siempre había más de uno que lograba llegar a ella como el barón von eldrich.

-Al, no sé cómo darte ánimo o aliento, no soy más que una sucia mujerzuela que tuvo la suerte de que pusieras tus ojos en mí, solo sé que quiero verte a mi lado y que juntos hagamos sufrir a quien la vida de nuestro hijo ha tomado-

Dijo tocando su ahora vientre vacío.

-Yo estaba tan ilusionada de ser la madre de tu primer hijo, no me importaba no ser tu esposa o no tener un título, solo con el hecho de ser la primera mujer con la tendrías descendencia me hacía sentir dichosa, una mujerzuela como yo, dando un bebé al demonio Radio, pero ahora solo me queda el dolor y un vientre vacío y si no despiertas me quedaré sola completamente sin nadie que sienta mí mismo dolor. –

Dijo Charlotte, miro el semblante de Alastor relajarse, temió lo peor si no fuese por las palabras que salieron de su boca.

-Cásate conmigo Charlie-

La misma se asustó pensó que comenzaba a enloquecer hasta que lo vio abrir sus ojos.

-Mi dulce Charlotte, antes que te secuestraran quería proponértelo, yo no quería que mi hijo fuera un bastardo, llevaría mis apellidos, pero ahora que no tendremos un bebé quiero de igual manera hacerte mi esposa, Charlotte perdóname por todo incluso por no admitirte cuanto te amo-

Charlotte dejo de respirar pos unos segundos y sin darse cuenta si quiera de ello, al escuchar cada una de las palabras de Alastor, ahora lo dicho aquella vez por Rossie tenía sentido

"Veo que Alastor no ha hablado contigo, si él no te lo ha dicho, yo tampoco lo haré, pero espero no demore mucho para decírtelo"

-Sí, Alastor sí me casaré contigo-

Dijo mientras las lágrimas brotaban con fluidez por sus mejillas, haciendo resplandecer aquellos hermosos ónices.

-Te daría el anillo, pero temo que lo perdí cuando el miserable de Caym me capturo-

La rubia negó con sutileza, lo que menos le importaba era el mendigo anillo.

-No importa, me lo has propuesto y eso es todo lo que importa. -

Alastor hizo a incorporarse sobre la cama, pero la rubia no se lo permitió.

-No, querido necesito que descanses y te repongas-

El mismo suspiro con fastidio no le agradaba sentirse minusválido, no era algo que disfrutara.

-Solo quería saber si ya no me odias-

Charlie negó nuevamente, ella no sería capaz, jamás de odiarlo.

-Nunca te odiaría tonto-

El pelirrojo suspiro con alivio mientras observaba embelesado aquellos llamativos y atractivos labios negros.

-Charlie querida, podrías...-

El joven comenzaba a ruborizarse con más intensidad, jamás en la vida habría pedido un beso a una dama, pero los necesitaba, los deseaba como nunca en su maldita existencia.

- ¿Sí que sucede Al? -

Su corazón se paralizo al tenerla tan cerca pero tan lejos, maldecía a Caym por su deplorable estado.

-Quiero, no es decir necesito que me beses-

La sucubo sonrió con suavidad, no podría comprender lo adorable que se veía ante los ojos de ella en ese preciso momento, seguía siendo un caballero, la joven se sentó en el borde de aquella cama, llevó sus manos al rostro masculino y cerró el espacio entre ambos posando sus labios sobre los del demonio radio el mismo se sintió aliviado al sentir aquel contacto de parte de la ex princesa, en conclusión, la adoraba, la necesitaba, no concebía vivir sin ella, la joven se separó por falta de aire.

-Yo también necesitaba uno de esos. -

Ambos se devolvían las miradas, mientras sonreían sin siquiera notarlo, pronto la puerta se abrió y ambos jóvenes vieron de quien se trataba.

-Querida, debes ir a comer, le diré a Niffty que se encargue de traerle su comida a mi yerno, por cierto, me alegra ver que te has recuperado-

Alastor asintió con suavidad agradeciendo en silencio lo dicho por la ex reina.

-Ve querida estaré bien-

La joven se puso en pie y se marchó hacia la sala con muchos ruegos de parte de su madre, e inmediatamente Lucifer ingreso a la habitación.

-Veo que mi hija ha hecho bien su trabajo, le pedí a Lilith que nos dejará a solas ya que quería hablar un par de cosas contigo, como debes saber ya el demonio que me ha suplantado es uno de los más antiguos, tiene una legión de demonios a su cargo, debemos ser astutos y unir fuerzas con quienes estén en contra de ese imbécil, también necesitaremos toda la ayuda que se nos pueda ofrecer y me temo que Charlotte será parte fundamental en nuestra defensa-

Antes de que Alastor replicara él lo detuvo.

-Comprendo que no quieres arriesgarla, pero es mi hija y confió en su poder, el problema es que ella no sabe que los tiene y necesito alguien que me ayude a motivarla a entrenar, Alastor sé que no quieres que ella se arriesgue, pero en temas de poderes ella es mucho más fuerte que tú, y quien sabe puede que hasta más que yo. -

Alastor sabía que Charlotte era hija de una sucubo y del Angel caído Lucifer, posiblemente la dama tenía mucho poder.

-Bien, pero déjame mover algunos contactos para ayudarle en la práctica, no quiero que le hagan daño y si veo acaso que se pone muy rudo tendré que meter las manos espero lo sepas-

El verdadero rey del infierno sonrió.

-No esperaba menos de ti, después de todo estas bien embobado por mi hija-

Eso ultimo no le molestó en lo mínimo ya que era cierto.

-Espero sepa que pretendo desposarla-

Al escuchar eso Lucifer se tensó, no es que no se lo imaginara, pero sentía que Charlotte se merecía algo mejor pero bueno.

-No me imaginaba que quisieras tomar a mi hija por esposa, después de su historial y demás, sé que no fue su culpa, no tenía como saber que podía defenderse-

El pelirrojo carraspeo. -Eso no me interesa, asi la conocí y asi me enamoró, sé que dice eso porque realmente piensa que soy muy poco para ella, sé que merecía aun demonio con más rango y eso yo también lo creo, pero no espere que desista sí sé que ella también me ama. -

El rubio suspiro en parte aquel sínico tenía razón. 

- ¿No te parece pretensioso decir que sabes que ella te ama?-

Alastor volvió a sonreír mostrando sus filosos dientes.

-No, yo lo sé cuando miro ese brillo en su mirada. -

EL DILEMA DE LA SUCUBOWhere stories live. Discover now