EL TIEMPO COMIENZA A CORRER

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Pronto termino la batalla, la joven se encontraba incomunicada, sin el poder de Alastor no habría una forma de hablar con los demás escuadrones al parecer todos estaban igual, la joven decidió avanzar un poco más ya que necesitaba recuperar a su amado, se comenzaba a desesperar, la misma llegó a la pequeña tienda que habría armado para ella, comenzó a despojarse de su armadura, notó su vientre ligeramente abultado.

-Qué extraño ¿Por qué lejos de haber adelgazado estoy engordando? –

Se sentó sobre la alfombra, había olvidado por completo Cuándo fue la última visita de su periodo, recordaba haber tenido mucha actividad íntima con Alastor, ahí estaba su respuesta, el pelirrojo había terminado más de una vez en su interior

-No puede ser, no puede ser, es un peligro quedar embarazada otra vez-

Dijo la joven observando su vientre, llevando sus manos con temor hacia su vientre, cuando sintió un pequeño latido en su pequeño vientre, quito sus manos de su vientre para llevarlos a su cabeza, era un hecho nuevamente, estaba embarazada, la joven rompió en llanto pues se encontraba asustada, temía volviera a acontecer lo mismo que la vez anterior, se sentía asustada y vulnerable, se sentía como un blanco fácil en ese estado, escucho pasos llegando hacia su tienda, la joven se cubrió escondiendo su vientre, no, esta vez no dejaría que la apartaran de su hijo, cuando ingresaron se dio cuenta que Vaggie y Angel la habían alcanzado.

- ¿Dónde está Alastor? -

La joven se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

-Fue capturado con ayuda de Vox y Valentino, no tenemos comunicación, no sé cómo estén mis padres -

Angel presentía que algo ocultaba la rubia, pero no iba a indagar, pronto cayó la noche en el infierno, Charlotte no pudo conciliar el sueño, estaba preocupada e intranquila con todo lo que estaba pasando, el cómo perdió la noción de su condición como fémina, lo había olvidado por completo.

Mientras tanto Caym se encontraba esperando a que su hermosa Lilith despertara.

- ¿Qué pretendes hacer? -

Dijo Alastor sin mirar a Caym.

-Todo depende de mí dama, si Lilith accede, te dejaré ir por tu ramera, pero antes Vox debe cobrarse su pago contigo, dijo que quería tus tierras, a ti y a tu mujer, después de todo puedo revocar tus poderes en cuanto sea rey, me temo que estarás sometido a los deseos de tu peor enemigo, aunque no lo culpo, tienes un lindo rostro, además que un envidiable y encantador trasero, supongo que es lo primero que te pedirá. -

Alastor se mostró indignado por el comentario.

-Preferiría morir antes de quedar a merced de cualquiera de ustedes-

Pronto la reina comenzaba a abrir sus hermosos ojos color ámbar, el rostro de felicidad de Caym era notorio.

-Mi dulce reina, se ve espectacular en esa armadura-

La misma se sobre salto al escuchar la voz de aquel esperpento.

-Hemos caído en tus garras. -

El mismo se burló estruendosamente haciendo que Lilith le mirase con furia.

-Hermosa la primera pecadora de la creación, mi alteza, tengo una propuesta, dependiendo de lo que digas no recurriré a tu hija, cásate conmigo, diremos que Lucifer murió, lo tendré en cautiverio, ya que necesito su poder de palabra, dejare tranquila a la puta de tu hija e incluso al imbécil de su amante. -

Dijo señalando a Alastor.

-Jamás, no podría dormir en la misma cama del ser que tendría en cautiverio a mi amado, estás loco Caym-

El mismo se enfadó al oír las feroces palabras de la hermosa reina.

-Entonces te pudrirás aquí con tu pelele, de igual forma ya envié mi mensaje a tu querida perra, asi que pronto tendré su respuesta, solo tendré que deshacerme de Vox ya que no podre darle a la dama a menos que se conforme con Alastor-

El mencionado comenzó hacer rezumbar el lugar con su sonido de interferencia.

-Oh pequeña perra ¿Qué crees que puedes hacer detrás de estas rejas?, mejor es que le agradezcas a la princesa de las prostitutas que necesite mantenerte con vida.

Pronto pasó una semana, una carta llego a las manos de la joven rubia, la misma la abrió con cuidado esperando alguna sorpresa al leer quien era el remitente.

"Estimada queridísima princesa prostituta

Me es de mi agrado informarle que requiero hacer una tregua con usted, comprenderá que si esto ha sido entregado es porque su madre rechazó mi humilde propuesta, la cual deseo que usted escuche personalmente, tengo algo con lo que puedo pagar su visita, el demonio de cabellos rojos al que usted "ama".

La estaré esperando con la respuesta

Con amor su futuro esposo Caym"

-Este maldito pretende que lo despose a cambio de la vida de mis seres queridos –

Angel y Vaggie se quedaron observando a Charlotte por unos segundos.

- ¿Qué harás Charlotte? -

La misma observo por unos segundos su reflejo en el espejo.

-Si la herencia de mis padres por separado no funciona, las uniré y le mostrare a ese hijo de perra porque no se debe retar a una sucubo. -

Vaggie sonrió haciendo le recordar el parentesco de su padre.

-Querrás decir el hibrido entre un Angel y una sucubo. -

La misma sonrió con orgullo.

-Ciertamente lo mejor de ambos. -

Dijo mientras comenzaba a maquinar un nuevo plan, el bebé que estaba en su vientre no debía ser visto, ni sentido por ese infame de Caym, pronto tomó acción, explicándoles más o menos en lo que consistiría su plan, obviamente llegar hasta el frente sin los soportes y sin las coronas sería bastante difícil pero no imposible, pronto retomarían camino hacia el castillo, nada le impediría salvar a sus seres queridos, y esta vez, ni Caym tenía idea de lo que Charlotte tenía en mente.

Paso casi una semana completa para llegar hasta el castillo, antes de entrar decidió arreglarse, la misma portaba un hermoso vestido de coctel, color rojo intenso apegándose completamente a su figura, con un hermoso escote en uve en el pecho, una abertura en el costado derecho, mostrando la pierna derecha, sus labios pintados de rojo intenso, su cabello suelto caía en cascadas sobre su espalda, una belleza infernal en su totalidad, Vaggie y Angel quedaron con la boca abierta.

-Agradezco me hayas tomado en cuenta para este suceso querida, espero no bajes la guardia, todos tenemos las esperanzas puestas en ti-

Dijo Rossie mientras la dama ingresaba sola al palacio, Caym la miró con agrado, no notó siquiera el vientre abultado, solo vio aquella belleza de demonio entrando a su palacio.

-He llegado Caym, tal y como hemos acordado-

El mismo se puso de pie y camino hasta quedar frente a la hermosa y bella sucubo, quien inmediatamente se sintió incomoda por la gran diferencia entre sus estaturas.

-Le haces justicia a los genes de tu hermosa madre, bellísima y seductora. -

Dijo mientras tomaba la mano de la joven, besando con suavidad su dorso, la misma sintió repulsión ante el contacto de los labios masculinos sobre la tersa piel de sus manos.

-Sabe, si me pregunta un burdel y un ejército no son propios para una princesa-

La misma lo miró con furia ante las palabras de aquel demonio frente a ella, el cinismo empleado ante ella estaba comenzando a fastidiarle.

-Tráiganlo-

Ordenó una parte de sus últimos guardias.

-Sé que tengo la batalla perdida pero no la guerra querida, asi que mi trato es simple, me desposas y no mataré a tu noviecito. -

Dice mientras los guardas empujaban al suelo a Alastor.

EL DILEMA DE LA SUCUBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora