『1』

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𝙸𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟿𝟽.

Recordaba el día en que conoció a Shinichiro Sano.

Fue en un día de invierno, durante la primera nevada de aquel año, Takemichi Hanagaki se había metido como siempre en un problema con personas para quienes no eran rival, el joven rubio ya estaba acostumbrado a ser el saco de boxeo de aquellos a los que se enfrentaba, sus amigos siempre lo cuestionaban por meterse en peleas que sabía de antemano no podía ganar y siempre recibían la misma respuesta por parte del rubio.

- "¿Cómo podría quedarme de brazos cruzados cuando veo que alguien está en problemas?" -

Esa tarde no era la excepción, Takemichi se había metido entre un grupo de delincuentes y una niña pequeña a la que parecían tener raptada, pronto se enteró que aquella chica era la hermana menor del líder de los Black Dragons, escuchó a los tipos mencionar que la lastimarían para mandarle un mensaje al líder, esto hizo que a Takemichi le hirviera la sangre, cómo se atrevían a meterse con una niña pequeña?

Takemichi se paró frente a la niña queriendo protegerla, en su mirada se veía la furia, pero era consciente de que después de esto todo el cuerpo le iba a doler, los delincuentes lo golpearon númerosas veces, podía sentir que sus costillas crujían ante los golpes de las botas en su costado, su rostro tenía cada vez más ematomas por cada puñetazo que recibía, sin embargo no se doblegaba, sin importar cuántos golpea le dieran no dejaría a esa niña sola.

- Shin-nii! - la niña gritaba entre lágrimas, suponía que intentaba llamar a su hermano, y más cuando vio que uno de los delincuentes estaba a punto de darle un golpe para que se callara, sin importar que el abdomen le doliera y le faltase el aire a causa de los múltiples golpes y de las lágrimas que escurrían por sus mejillas empujó a aquél tipo protegiendo con su cuerpo a la pequeña niña rubia, abrazándola mientras recibía golpes en la espalda, en los brazos y en la cabeza, la sangre que salía de su nariz había manchado la nieve blanquecina, manchandola de carmesí.

- cómo es que este bastardo sigue consciente?! - bufó uno de los atacantes. - debe de querer morir! - Takemichi intentaba mantenerse consciente mientras protegía con su cuerpo a la niña, está seguía llorando pero veía con admiración al chico que la estaba protegiendo, cuando Takemichi notó esto le sonrió de manera resplandeciente a pesar de que no podía dejar de llorar, no sabía si por el dolor o el pánico de que esto pasara a mayores y no fuera capaz de proteger a la pequeña. - no te preocupes! Yo te voy a protegeré - esas palabras hicieron que la pequeña dejase de llorar, Takemichi solía abusar de su gran resistencia al dolor y sabía que estaba a punto de perder el conocimiento y así habría sido de no ser porque escuchó un grito furioso acercarse.

- EMMA! - la niña reaccionó ante ese nombre, parecía que habían llegado a rescatarla, sintió que los golpes sobre su cuerpo sesaban de repente, los tipos habían sido derribados por los miembros de los Black Dragons, y ahí estaba él, Shinichiro Sano el líder de los Black Dragons, con su mirada determinada, soltando golpes a aquellos que hace un momento lo estaban atacando, Takemichi no pudo evitar sentirse deslumbrado por aquel azabache, sus ojos se encontraron por un momento, los zafiros con los grises del recien llegado, Shinichiro quedó impactado con lo que veía, un chico lleno de golpes y lagrimas que aún a pesar de eso tenía entre sus brazos a su hermana, protegiendola a toda costa, ese debió ser el momento en el que se enamoró de él.

- Emma! Estás bien? Te hicieron daño?! - el chico se acercó con gran preocupación a la pequeña niña.

- Shin-nii! N-no me hicieron nada, este onii-san me protegió todo el tiempo! - Emma se saltó a los brazos de su hermano, para después acercarse a Takemichi, Shinichiro volteó a ver al golpeado chico, notaba la sangre salir de su nariz y su boca, también notaba como respiraba con dificultad e intentaba limpiar las lágrimas, y aún a pesar de todo esto le dedicó una sonrisa tan cálida que hizo a Shinichiro temblar.

𝙸 𝚌𝚊𝚗'𝚝 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚒𝚗𝚎 𝚊 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚐𝚘𝚗𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora