『4』

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𝙸𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝟸𝟶𝟶𝟻

Que difícil es la vida sin ti.

Habían pasado dos años desde que Takemichi había perdido a su alma gemela.

Dos años en los que tuvo que aprender a vivir sin las orbes grises viéndolo con devoción al despertar por la mañanas, dos años en los que tuvo que reprimir su dolor mientras salía a la calle y fingía ser un adulto funcional solo para regresar a casa y llorar hasta quedarse dormido mientras abrazaba una de las playeras de su difunto prometido.

Siempre que se quedaba solo en las paredes de su habitación terminaba mirando el anillo de plata que aún llevaba en su dedo, recordando todas y cada una de las promesas que Shinichiro le había hecho con una sonrisa en el rostro y una mirada llena de amor y esperanza — "tenemos una vida para cumplir nuestros sueños" — eso era lo que su pareja siempre le decía.

Tiempo, que concepto más abstracto y engañoso.

A decir verdad la vida para Takemichi no tenía significado, al menos no si se centraba en vivir por él mismo, había tenido que enfrentarse al hecho de que Baji Keisuke un chico al qué conocía desde pequeño y Kazutora Hanemiya le habían arrebatado a la persona que más amaba en todo el mundo.

Primero perdonó a Baji.

El joven de cabello largo y negro se paró frente a su puerta hecho un mar de lágrimas buscando con desesperación el perdón de aquel hombre de ojos azules que siempre le había mostrado una amabilidad y cariño que lo hacían sentir feliz, Takemichi estaba al borde de la depresión pero sabía que no podía odiar a ese chico, porque no había sido su intención arrebatarle lo que más amaba, al final acarició su cabeza diciendo un "se que lo sientes, por favor deja de llorar"

Baji no se sentía digno de ser perdonado, pero estaba agradecido de que el de cabellos negros pudiera hacerlo.

Por otro lado Kazutora tardo más en ir a buscarlo, aparentemente primero debía enmendar las cosas con Mikey, recuerda el día en el que se paró en la casa de los Sano con una mirada llena de dolor suplicándole a Manjiro que lo perdonara, a decir verdad Hanagaki sintió pena por él, tan solo era un chico de 15 años que había cometido un error y a pesar de que en lo profundo de su corazón Takemichi tal vez nunca podría perdonarlo del todo si creía que merecía una segunda oportunidad.

Tal vez fue por eso que habló con Mikey y le pidió que lo perdonara, recordándole que cuando formaron la Toman, le dijo a Kazutora que le pertenecía y que si uno estaba en problemas lo demás lo respaldarian, porque ese era el tipo de pandilla que eran, recuerda que Mikey lo cuestionó con lágrimas en los ojos si él lo perdonaba por haberle arrebatado a Shinichiro, que si él era capaz de perdonar a alguien que le había quitado al amor de su vida.

Entonces Takemichi le sonrió con melancolía.

"a tu hermano no le habría gustado que le guardara rencor, aunque eso no significa que no sea difícil para mí ver a la persona que mató a Shin..." — se quedó callado — "pero aún así creo que él merece ser perdonado" — ese día ambos lloraron pensando en que aunque les doliera hasta lo más profundo de su ser debían perdonar para avanzar.

Esa fue la única cosa sana que Takemichi había hecho en esos dos años.

Pero había una razón muy poderosa que lo hacía levantarse por las mañanas, ir a trabajar y después ir a la casa de los Sano para cumplir la promesa que hace dos años había hecho entre lágrimas, en realidad eran 3 razones poderosas y cada una tenía un nombre.

𝙸 𝚌𝚊𝚗'𝚝 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚒𝚗𝚎 𝚊 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚐𝚘𝚗𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora