『5』

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𝙿𝚛𝚒𝚖𝚊𝚟𝚎𝚛𝚊 𝚍𝚎 𝟸𝟶𝟶𝟼 

Rescatame de mi soledad

Habían pasado ya varios meses desde la confesión de Manjiro, eventualmente las cosas dejaron de ser incomodas entre el joven rubio y Takemichi teniendo una dinámica similar a la de antes aunque Manjiro no volvió a confesarse al que aún era dueño de su corazón y de su alma, no porque los sentimientos se hubieran extinguido, sino que comprendió que su amor por aquéllos ojos azules no sería correspondido mientras la brecha entre él y Hanagaki siguiera siendo tan grande y a decir verdad le frustraba que la brecha entre Izana y Takemitchy fuera cada vez más corta.

Un nuevo año había arribado a la vida de Hanagaki y los hermanos Sano, uno en donde existía la oportunidad de avanzar y sanar, la primavera llegaba como una bocanada de aire fresco para aquellos corazones que buscaban amar aunque también llegó como una simple estación más para cierto chico de cabellos negros, cuyo único alivio fue estar lejos del invierno y las nevadas en las que sentía que su corazón se congelaba por los recuerdos que alguna vez fueron de felicidad y ahora solo lo hacían añorar algo que creía jamás volvería a encontrar.

Takemichi ya se había resignado a vivir el resto de sus días como un hombre solitario, cuyo único motivo para vivir era cuidar de unos adolescentes, aunque cada vez ese propósito se iba alejando más y más de sus manos, Izana hace años que había comenzado a ser independiente incluso convirtiendose en un apoyo para Takemichi al cuidar a los dos menores, Manjiro cada vez parecía dejar de necesitar los consejos del mayor y Emma parecía empezar a hacerlo bien por su cuenta. Los hermanos Sano estaban dejando de necesitar a Takemichi y si dejaban de necesitarlo entonces...

¿Donde quedaba el sentido para Hanagaki?

¿Qué lo impulsaría a salir de su cama y luchar contra la depresión que venía arrastrando desde hace tres años? 

Y es que a pesar de que frente a Emma y Mikey se mostraba como alguien fuerte que si bien seguía extrañando a Shinichiro podía funcionar en el mundo de una manera relativamente buena, Izana era consciente de que había temporadas en las que tenía que levantar a Hanagaki de su cama, encargarse de que no se saltara las comidas e incluso acompañarlo por horas en el cementerio mientras hablaba de algo con la tumba de Shinichiro — nunca se acercaba lo suficiente como para escuchar —, el joven de orbes violetas ya estaba acostumbrado a esto, pero notaba que conforme el tiempo pasaba y sus hermanos menores dejaban de necesitar toda la atención de Hanagaki estas temporadas en las que su depresión lo atacaba de manera más intensa duraban más.

Tal vez esto fue lo que impulsó a buscar una manera de ayudar a Hanagaki, él les había dado tanto a el y a sus hermanos desde antes de que Shinichiro faltara, y ahora verlo de esta manera hacía que se le rompiera el corazón, debía buscar la manera de ayudar a la salúd mental de aquel a quien le entregaría todo de si, si se lo pidiera, sabía que no quería ir a un psicólogo y tampoco podía obligarlo, así que un anuncio sobre una escuela de gastronomía en Manila se presentó ante el como un milagro.

Sabía que no sería fácil convencer a aquellos ojos azules de que tenía permiso de seguir con su vida, pero Izana no se detendría hasta lograr recuperar la sonrisa de Takemichi que con el paso de los años se había perdido en el dolor.

Sabes Mitchy — la voz del albino sonaba con tranquilidad mientras ambos adultos se encontraban recostados en la sala de Hanagaki viendo algún punto en el techo, últimamente pasaban más tiempo juntos que antes, en parte porque Takemichi estaba en uno de sus episodios de depresión y también porque disfrutaban de la compañia del otro.

𝙸 𝚌𝚊𝚗'𝚝 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚒𝚗𝚎 𝚊 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚐𝚘𝚗𝚎Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ