Parte 2

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INTIMIDAD

Sakura se quedó en la misma posición, aguantando la respiración, tan sorprendida por la cercanía entre ambos, que no atinaba a reaccionar. La mirada negra del ninja, aunque se asemejaba a la de Sasuke en el color, le provocaba algo completamente distinto, ser observada por él era otra cosa, era sentir que conocía sus deseos antes de tocarla, un instrumento que vibraría en sus manos. Su mirada transmitía confianza, seguridad, y por supuesto, madurez.

Todavía no estaba segura de haber tomado la decisión correcta, por supuesto que deseaba tener más experiencia, tampoco era un requisito fundamental, pero de alguna forma se sintió tranquila cuando vio a su sensei frente a ella. Estaba en buenas manos.

-Supongo que ahora...- Sakura susurró poniéndose nerviosa, después de hablar con Ino no estaba segura de convencer al ninja, y ahora que lo había hecho, no estaba segura de qué hacer o decir. Y aunque no lo admitiera, también ansiosa por el sugerente hecho de encontrarse solos.

-Ahora te irás a tu casa, o si me esperas puedo acompañarte. Nada sucederá hoy.

-Sensei, no tiene que acompañarme a casa, no es necesario. No tiene que fingir ser un caballero.

-En primer lugar, Sakura- aclaró Kakashi con un tono de voz como si le explicara algo a una niña pequeña. Soltó su rostro y se alejó un par de pasos - No estoy fingiendo nada, te he acompañado a casa antes de que me propusieras enseñarte a experimentar. Si no quieres que te acompañe porque no te sentirás cómoda, entonces no vas a poder resistir estar desnuda frente a mí.

-Lo lamento, no era mi intención ofenderlo, sensei. Me gustaría que me acompañara a casa.

Kakashi había vuelto a sentarse y ya revisaba los pergaminos que Sakura ordenó para él.

-De acuerdo, dame un par de minutos.

Sakura salió de la oficina un poco sonrojada, se recargó en una de las paredes y suspiró tratando de reprimir una sonrisa de incredulidad. Incluso ahora le era difícil creer que lo hubiera logrado, el Hokage aceptó ser el hombre que la ayudaría a experimentar en la intimidad. Las razones para aceptar seguían siendo un misterio, pero no le importaba.

Le había dicho que nada sucedería esa noche, seguro que no estaba preparado y necesitaba mentalizarse para estar con ella, o quizá tenía alguna cita esa noche y no quería cancelarla. Tampoco había hablado de fidelidad, no era justo exigirla, no hablaron de dónde se encontrarían, o si habría reglas, el tiempo. De pronto se dio cuenta de que había muchos detalles que faltaban.

Necesitaba hablar de todos esos detalles, pero pensó que se vería demasiado desesperada y ansiosa, asfixiaría al ninja con todas sus preguntas. Lo mejor era quedarse callada y esperar.

-Bien, vamos- Kakashi había salido de su oficina. En esa ocasión no tenía el traje Hokage, así que casi podría jurar que seguía siendo su sensei y que pronto tendrían alguna misión. Como si el tiempo no hubiera pasado.

Salieron en silencio, pero el ninja lucía tan relajado como siempre, sin alterarse por la reciente propuesta, definitivamente era un hombre maduro, o le era tan irrelevante lo que tarde o temprano sucedería que no le inquietaba. Kakashi había terminado bastante tarde de sus obligaciones, lucía un poco cansado, no fastidiado, pero sin duda que extrañaba el aire fresco, quizá hasta las misiones, tener un poco de tiempo para leer esas novelas. Sakura sintió un pinchazo de culpa, seguro que estaba robando tiempo que él ya tenía reservado para descansar.

-Me gustaría ayudarlo en la Torre Hokage, sensei.

-Aceptaré esa propuesta con mucho gusto, pero primero vamos a intimar, si después aún quieres ayudarme, entonces estaré muy agradecido.

LAS ENSEÑANZAS DEL HOKAGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora