Parte 6

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LA PENÚLTIMA BARRERA

Sakura se levantó a primera hora de la mañana, ya se sentía mucho mejor y saber que su sensei estaba enfermo fue suficiente para dejar los días de enfermedad atrás. El ninja se había ido a media noche, cuando sus padres llegaron, a esa hora la fiebre no había cedido en absoluto, por lo que seguramente no tuvo una buena noche, lo mejor era presentarse a primera hora y ayudarlo con los deberes, y sobre todo, convencerlo de que se retirara temprano para descansar. Ahora era su turno de cuidarlo y procurar su descanso.

Fiel a su costumbre, su sensei ya estaba en la Torre Hokage a primera hora de la mañana, pero como predijo Sakura, lucía cansado. Aunque la máscara cubría buena parte de su rostro, dejaba a la vista las ojeras y la mirada agotada, un ligero sonrojo en la frente por la fiebre.

-Buenos días, Sakura, es bueno verte recuperada- dijo él con una sonrisa sincera pero agotada.

La médico se acercó y se sentó en la mesa frente al ninja. La culpa por contagiarlo seguía presente y verlo en ese estado aumentaba su deseo de cuidarlo.

-Debería estar descansando, yo puedo encargarme de los pendientes.

-Estoy bien.

Kakashi recargó el rostro en las piernas de la jovencita, fue un gesto tan natural que no le sorprendió a ninguno de los dos. Sakura, que enseguida pudo sentir la temperatura de su rostro y adivinar que todavía tenía fiebre, comenzó a acariciar su melena gris al tiempo que aplicaba chakra para aliviar el dolor de cabeza. Continuó con esas caricias hasta llegar a su rostro y delinear algunos de sus rasgos, estaba de perfil, así que recorrió su nariz cubierta por la máscara, apreció su semblante que parecía un poco más relajado. Tan relajado que puso las manos alrededor de su trasero, y la abrazó.

Se quedaron en la misma posición durante un par de horas, interrumpiendo el trabajo pendiente, aprovechando que nadie tocó a la puerta o interrumpió, sin duda que era un movimiento arriesgado, pero estaban cómodos, el ninja por fin estaba descansando, y Sakura no se cansaba de acariciar su melena.

La primera interrupción del día fue la ANBU del otro día, Sakura le daba la espalda a la puerta, así que no supo quién entró, sólo sintió su presencia, pero como él no se movió ni se alejó, ella no le tomó importancia. Ciertamente Kakashi nunca había dejado ver a alguna de sus citas, era un hombre discreto, así que cuando la ANBU apareció y los descubrió juntos, mejor dicho, lo descubrió recostado en las piernas de una mujer, le fue muy claro que no estaría disponible pronto. Además era bastante reconocible la melena rosa de Sakura, aunque no le viera el rostro ya adivinaba su identidad, y seguro que estaba sorprendida.

Kakashi la reconoció de inmediato pero no pensaba moverse, la ANBU era una compañera más, ni muy especial ni su favorita, pero sí muy discreta, no diría una palabra sobre ellos así que estaba tranquilo respecto a eso. Era una lección para que no entrara sin tocar, seguro que para la próxima vez tendría más cuidado. La médico tampoco hizo un movimiento, confiaba en la promesa que él había hecho, la interrupción no era importante y simplemente pasó.

-Todavía tiene fiebre- dijo la jovencita acariciando su rostro con suavidad.

-No lo creo, ya me siento mejor.

-Preferiría que fuera a casa...

En ese momento se hizo presente la segunda interrupción, alguien estaba tocando la puerta, con mucho pesar dejó el regazo de Sakura y volvió a su posición como Hokage de Konoha, Sakura se bajó de la mesa y se puso a su lado.

-Adelante... Naruto, Ino, ¿en qué puedo ayudarlos?

-Hokage-sama, está enfermo- detectó Ino de inmediato -Parece que las visitas a Sakura rindieron fruto- así que Ino lo sabía, sonrió y se pasó la mano por la melena sin saber qué decir.

LAS ENSEÑANZAS DEL HOKAGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora