Una joven castaña tras haber sufrido un grave accidente busca huir de su ciudad natal. Al mudarse se encuentra con una vieja amiga de secundaria que le ofrece una segunda oportunidad, una oferta muy tentadora, que cambiará el curso de su vida. Se ad...
"Se acababan de conocer, pero sus ojos se miraban como si ya se quisieran." Brando. Bocanadas y Besos
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Ochako se sentía entre la espada y la pared, como un pez fuera del agua y sentía lo que era ahogarse en un vaso. No sabía que decir, su General le estaba haciendo una pregunta y no podía evitarla o salir corriendo como solía hacer. Y él solo la miraba intensamente, estudiándola, no dejando escapar ningún movimiento.
- ¿Qué hacías antes de venir aquí? - El rubio cenizo se acercó hasta la castaña, la cual estaba nerviosa pero no solo por las preguntas, con una mirada seria.
- Y-Yo... era contable... - Tragó saliva y volvió su mirada hacia otro lado mientras mordía su labio inferior, algo que no pasó desapercibido por el cenizo.
- Es un buen empleo. ¿Renuncia o despido?
- Ninguna... - Dijo la más baja mientras negaba. Esa repuesta hizo que el ceño del cenizo se frunciera. Dejó su mirada clavada en la castaña.
- ¿Cómo fue que entraste a la academia UA? - La pregunta desconcertó un poco a la castaña ya que no se esperaba que conociera dicha academia... aunque pensándolo bien no debería de sorprenderse.
- Mina me había hablando sobre venir a este lugar hace ya casi 4 meses y... gracias a ella pude entrar...- Bajó la mirada levemente. Bakugo asintió y procedió a hablar sin escrúpulos.
- ¿Qué dijeron tus padres cuando decidiste venir a este lugar de mierda? - Ahora el cenizo observó como ahora la expresión de la castaña decayó y las lágrimas se acumularon en sus grandes ojos chocolates.
- E-Ellos... no pude decirles...
- ¿Así que viniste aquí, sin siquiera despedirte de tus viejos, abandonaste tu trabajo, viniste sin ninguna experiencia de defensa personal, ni conocimientos en armas, apuesto a que dejaste tu casa junto con todo lo que tenías y todo eso porque Mina te habló de ello? - Un nudo se formó en la garganta de la castaña, quería levantarse e irse a correr pero se abstuvo. No asintió ni mucho menos negó. Eso fue suficiente para el General.
- Cuéntame, quiero saber de ti y de tu vida. - Ella lo miró con un brillo totalmente diferente. Y él no esquivó la mirada sino que la correspondió todo esto inconscientemente.
- General... con todo el respeto que usted se merece, no creo que mi vida tenga algo interesante, además ya se pasa la hora de dormir para nosotros, hace frío y no qui... - Bakugo la interrumpió haciendo un gesto para que callara, se levantó y salió del lugar. No más de un minuto regresó con la gruesa sábana que usaban para dormir pero ésta era un poco más grande. Se la tiró encima sin ningún tacto, la castaña soltó un pequeño quejido y luego una pequeña carcajada, causando una leve sonrisa en el rostro del rubio cenizo sin que la castaña lo viera. Se sentó donde antes estaba y habló.
