CONQUISTANDO AL ÁGUILA

🌹|| "10"

El mexicano siguió mirando al canadiense mientras que este buscaba una película entretenida en Netflix. Sabía que Canadá no solo se: "Había desvíado", eso le preocupaba, tanto como por la otra persona, como por el país mismo.

Podían arrestar a Canadá, ONU sería quien pondría la sanción, la organización siempre tenía que hacerlo cuando uno de los países se comporta a hostil hacía su propia gente u otros países; pero claro, ONU no tenía poder absoluto de esto. Si bien la organización involuntariamente suprimía a aquellos que se ponían agresivos a su presencia, ONU no tenía permitido entrar el conflictos especialmente delicados, solo como mediador para tratar de buscar una solución pacífica a todo, fuera de eso ONU era solo iba organización más.

Mientras Canadá estaba debatiendo tranquilamente cuál película poner ¿Sherlock Holmes o Iron Man? Bueno, eligió la segunda, mientras que está iniciaba el Alfa fue a poner las botanas y comida en una mesita, México se incorporó en el sillón sin despertar al bebé quien estaba en completo silencio abrazando la camisa de su padre con fuerza, estaba completamente dormido. Era una ternura.

— ¿Que pasa? — pregunto Canadá.

— Oh, nada, solo voy a dejarlo en la cama. Así podremos ver la película más tranquilos — explicó México.

Canadá solo hizo un: "Ohh" y dejo que México llevará al pequeño al cuarto, a los pocos minutos el mexicano llegó para sentarse en el sillón junto a Canadá. La película ya había empezado y ambos estaban comiendo tranquilos mientras la veían, aunque el Omega no estaba del todo tranquilo, era Omega, no pendejo.

Suspiro trabajando de no darle más vueltas al asunto y mejor miro al frente; lo que sería solo ver una película tranquilamente mientras comían se convirtió en una completa crítica por parte del mexicano, quien comentaba absolutamente TODO y Canadá no hacía más que mirar la película ignorando las sugerencias de México diciendo que mejor hubieran hecho el escondite de láminas en el desierto para que quedara "mamalon".

[...]

El austriaco estaba paseando tranquilo por su oficina, tenía un poco de papeleo de hace dos días y si terminaba todo podría llamar a México más tarde para saber cómo estaba con todo lo que había pasado en las últimas horas.

Escucho la puerta de la oficina abrirse y miro directamente a esta, ya que no recordaba tener alguna cita o reunión planeadas en la tarde de ese día.

— Señor Austria, perdone, pero él insistió en verlo — le dijo su secretaria.

— No hay problema, déjenos solos — contesto serio, casi como una orden.

La mujer asintió dejando solos a los dos países, Austria estaba serio con el ceño fruncido, mientras que el otro le estaba apartando la mirada pero también estaba serio. Austria le señalo la silla frente a su escritorio, por si quería tomar asiento o algo así, no importaba. El contrario tomo asiento mientras que el de lentes se paseaba mirando las hojas de los libros desinteresado en el Alfa en la oficina.

— ¿Y? — llamo el austriaco — ¿Que quieres?

— Solo te quería preguntar cómo está-

— ¿Cómo está?¿Quien?¿El Omega que engañaste o el cachorro? Mejor ambos digo, con la porquería que eres ni siquiera te atreviste a verlo en la junta y ¿Después lo llamas enojado en el restaurante? Oh, y si — Austria hizo una pausa — Ambos están bien y con exelente salud, aunque ví a México muuuuuuy cansado por tu culpa.