🌹|| "15"

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México se estiró un poco, Tlecuauhtli le miro y también le imitó estirando sus manitas hacía arriba, el moreno soltó un sonoro: "Aww" y tomo al pequeño en brazos dándole muchos besitos. Estaba haciendo calor, así que solo llevaba unas bermudas grises, unos tenis negros y una camisa de botones beige; después cambio a su bebé con un overol y una camisa blanca que estaba fresca, por último también los zapatitos del pequeño.

Al bajar se extraño un poco al no encontrar a Juan por ningún lado, pero toda duda se fue de su mente al verlo dormir en un árbol y quién sepa cómo llego allí. No le prestó mucha importancia, un día lo vio dormir de pie así que eso no era raro.

— Oh, aquí estás — escucho la voz sin mucho ánimo del alemán — ah, también tu pequeñín.

Dijo Alemania acariciando la mejilla del bebé, Tlecuauhtli tomo la mano del alemán y comenzó a mirar sus dedos, pero México le dijo que no cuando iba a comenzar a morderlos, últimamente su hijo estaba empezando a morder las cosas. Suponía que era por sus pequeños dientes en crecimiento.

— Baje porque quería ver qué estaban haciendo — explicó a Alemania — tu no pareces muy animado.

— Bueno, no quería venir, pero cambié de planes y de nuevo me estoy arrepintiendo. Sobre lo otro, Brasil dijo que íbamos a esperar a unos cuantos más — se explicó recargandose en la pared cerca a las escaleras, casi acorralado a México en el lugar.

— Vaya ¿Que te hizo cambiar de opinión? — pregunto alejándose un poquito de Alemania con una sonrisa tranquila.

— Sabía que estarías aquí y ahora me quiero ir, no me mal entiendas, solo creo que no me gusta el calor — contesto más amistoso, con un aire un poco coqueto, pero respetuoso.

México también dedujo que el aroma fuerte del alemán, un aroma parecido al licor, que estaba de alguna manera "cortejandolo", pero si ese aroma dijera algo sería un: "Estoy interesado en ti, pero respeto tu espacio". Algo que le pareció un muy lindo gesto de parte del alemán. Alemania sabía que en este viaje perdería posiblemente frente a otros Alfas y no quería perder oportunidad con el moreno, pero tampoco quería ser una molestia para el Omega.

Solo le estaba haciendo saber a México que estaba interesado en el románticamente, pero que le daría su espacio para que llevara las cosas con calma. Después de todo, México tenía muchos pretendientes en espera. Y el no quería perder.

Tlecuauhtli estaba ¿Enojado? Si, eso mismo, por esa razón dió un gritillo llamando a su padre y después tratando de aventarle algo invisible al alemán por estar tan cerca de México. Alemania se sorprendió un tanto por esta reacción del pequeño cachorro, quien ahora parecía cruzar los brazos.

Internamente Alemania se dijo que el pequeño sería un Alfa cuando creciera.

— Oh, tranquilo pequeño, no le haré nada a tu papá — le dijo al bebé agachándose un poco para verlo de frente.

México soltó una risa nerviosa queriendo salir de tan vergonzosa situación, además antes iba a asaltar el refrigerador del brasileño. Pero se encontró con Alemania y ahora este estaba "peleando" con su pequeño hijo, como si quisiera ganarse la confianza de el bebé o quizá, su aprobación.

Alemania sabía que no solo era agradarle a México, sino también cuidar del pequeño cachorro de este. Ya que los Alfas no solían querer a las crías de otros Alfas, así que algunas veces los ignoraban totalmente; claro que no todos eran así, por ejemplo Austria y Perú, quienes estaban encantados con el bebé, quizá demasiado encantados que hasta parecían sus legítimos padres.

CONQUISTANDO AL ÁGUILAWhere stories live. Discover now