Capítulo 12

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Mini maratón 2/2

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Mini maratón 2/2

Daniel

Lancé la pelota de golf tan alto que se perdió en el campo verde a lo lejos, imposible de buscar. Mi papá comenzó a reírse por lo alto.

Usualmente era muy bueno jugando, pero este día parecía que lo había iniciado con el pie izquierdo. Literalmente.

Desde que inició el fin de semana y fui a visitar a mi padre me pasaron desgracias. Primero me había tropezado en las escaleras de la casa y casi vi mi vida pasar en segundos. Claro que cuando le comenté a Lucas él se puso casi histérico por mensaje y casi vino a la casa para comprobar si estaba bien.

Luego cuando iba a desayunar traté de hacerme huevos y casi me quemo con el aceite. Quizá por eso había una mujer encargada de hacer el desayuno, pero tenía ganas de ser autosuficiente.

—Tu mente está a kilómetros junto con esa pelota que golpeaste —dijo mi papá.

—Es el palo —mentí y mi papá negó.

—Te caíste de las escaleras Dan, te juro que casi me matas de un infarto.

—No hay nada mejor que un golpe que te reinicie la vida —comenté sarcástico. Mi papá me fulminó con la mirada.

—No es divertido Daniel.

—Vale, un poco sí —sonreí.

Como era costumbre los sábados, íbamos a un club extremadamente caro y jugábamos algún deporte. A veces natación, otras golf, etc.

—Quizá es una chica la que trae a tu Daniel tan distraído —comentó Raquel, la novia de mi papá con una sonrisa en sus labios.

Raquel Díaz era la atractiva novia (casi esposa) de mi papá. La verdad era que me caía bien. No era pesada, ni creída, a pesar del atractivo que tenía. Después de todo, era una de las actrices más sexys de la televisión. No era de extrañar que mi padre quisiera casarse, ella era bastante joven y con una personalidad vibrante.

—Muy graciosa —me burlé.

—Mi hijo no es muy de novias —dijo papá.

—O eso te hace pensar.

Rodé mis ojos. No sabía en qué momento encontraron fascinante hablar de mi vida amorosa.

—Para que conste, no estoy saliendo con nadie y no salgo con cualquiera.

—Chico selectivo —sonrió Raquel —. Pero ya veremos cuando te enamores, ahí no creo que tengas la capacidad de elegir a tu gusto.

Me eché a reír.

La idea del amor. Vaya ridiculez.

Era por eso que yo casi no salía con tantas chicas. No había muchas que me gustaran y las pocas que lo hacían solo era eso, me gustaban físicamente, pero nada más.

La Lección de Odiarte | COMPLETA |Where stories live. Discover now