New kisses ✦ larry

I. Lilys.

En la parte más recóndita de la mente de Harry, esa en donde los datos se le amontonan de tal manera que algunos se le escapan sin intención, el recuerdo del festejo por el cumpleaños de su madre está empolvado.

Es por eso que en cuanto ésta le llama por teléfono para saber el motivo de su tardanza, el rizado se levanta cual resorte de su cama y se apresura a darle un par de excusas a su progenitora que al final terminan extrañamente enredadas entre sí y le dejan la única opción de colgarle de imprevisto y correr inmediatamente a su cuarto de baño para poder tomar una ducha.

No es que haya querido olvidarlo, es el cumpleaños de su madre después de todo y su intención jamás ha sido deshonrarla de algún modo, pero luego de una semana atareada en el taller y el estrés acumulado debido a las múltiples tareas hogareñas que ha estado realizando para tratar de que su vivienda no esté en un estado tan deplorable, Harry sólo necesitaba un día para relajarse y dejar atrás todo lo que le pudiera aquejar mínimamente al quedarse desparramado en su habitación con la única intención de ver la televisión y comer aperitivos altos en calorías que se permite sólo de vez en cuando.

Es claro que eso ya no es posible, así que no espera mucho para que el agua se caliente una vez sus manos giran las manijas para que el agua comience a salir de la regadera, y simplemente se talla las hebras del cabello con cuidado al aplicarse shampoo y se restriega jabón por todo su cuerpo creando burbujas que luego son removidas por la lluvia artificial que le cae desmesuradamente.

El pelo le gotea en los hombros cuando logra salir entre las sacudidas suaves que experimenta debido a sus leves escalofríos provocados por la baja temperatura de su baño, y una toalla le recorre el cuerpo en el intento veloz de poder dejar que su piel se seque para que la ropa no se le quede pegada provocándole alguna incomodidad burda.

Sus pasos hacia su clóset son rápidos. Al abrirlo se topa con las muchas playeras simples que siempre utiliza y solamente con un par de camisas que en realidad sólo usa en ocasiones especiales en donde el código de vestimenta es un poco más rígido y no se rebaja a las prendas básicas o sencillas a las que está acostumbrado.

Una camisa de satín color salmón le salta a la vista una vez remueve un poco su guardarropa y Harry sólo puede soltar un bufido al saber que a su madre le alegrará en demasía verlo vestido con algo tan elegante como eso.

No se detiene mucho en la travesía de explorar su armario y pronto un pantalón negro y una ropa interior cualquiera están regados en el edredón de su cama a espera de que el joven decida probárselos.

Una última pasada de la toalla por su anatomía entera es necesaria para que él se sienta seguro para poder vestirse y no pasan más de cinco minutos para que el ojiverde esté mirándose al espejo intentando atar los listones que cuelgan delante de su camisa como toque final en su vestimenta.

Un moño simple es suficiente para él y lo siguiente que hace es tratar de que sus rizos no se vean tan desastrosos considerando el poco tiempo que le sobra para arreglarlos. Le quedan arriba de los hombros, ni muy largos ni muy cortos, una longitud adecuada que muchas personas han halagado y que planea presumir con todo mundo gracias a la exposición de su lado más vanidoso.

Un nuevo resoplido abandona sus labios y entonces se da cuenta que en realidad no necesita estilizar su cabellera si es que el trayecto a casa de su madre será comandado por su preciosa motocicleta, ya que ésta irá a grandes velocidades y le esponjará el pelo de manera que la definición de sus puntas sea más marcada y se vea simplemente adorable a los ojos de cualquiera.

No tarda mucho en ponerse un par de calcetines, meter sus pies en unos botines del mismo color que su pantalón y lo único que queda por hacer es el rociarse colonia por el cuello para por fin haber terminado con el proceso de arreglarse para una ocasión tan importante como lo es esa.