IX. Peonias.

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La espera momentánea que se presenta una vez Louis vuelve a estar ausente no es pesada ni mucho menos, pero ahora hay aquella vibra extraña que al rizado no le hace relajar los hombros del todo, y por más que quiere no logra posicionar su cuerpo cómodamente.

Los dedos de Harry se aferran a una de las esquinas de la encimera detrás de él, y no pasa demasiado para que sus piernas se accionen y encuentren un cómodo reposar al sentarse en una de las sillas del pequeño comedor que Zayn tiene a un par de pasos de distancia.

No tiene mucho qué discutir consigo mismo y lo único que le ronda es lo vergonzosa que es toda la situación. Comenzando por el hecho de que él mismo ha mostrado ser un desastre que con un par de tragos puede dejar su cordura atrás, y terminando por el hecho de que ha despertado junto a Louis después de haber tenido una noche en la que han estado prácticamente todo el tiempo juntos.

Se talla el rostro con las palmas de las manos y un refunfuño se le escabulle por entre las separaciones de sus dedos en un claro dejo de frustración.

—Deja de bramar y sírvele un poco de jugo a Louis —ordena Zayn. —El pobre debe de estar sediento.

El argumento de que no es su jefe en ese lugar jamás abandona sus labios pomposos, ya que aquella mentira a medias probablemente le cause muchos más problemas de los que está dispuesto a manejar tan temprano, así que Harry simplemente bufa y se cruza de brazos haciendo un mohín pequeño.

—Hazlo tú. Estás más cerca.

Zayn rueda los ojos, quizá demasiado hastiado de toda la situación en donde precisamente él ha sido el individuo más responsable de todos los presentes en su hogar, y ahora es él quien básicamente gruñe al volverse a estirar por otra de sus tazas para verterle un poco de la bebida antes mencionada a su otro inesperado inquilino.

Harry recarga sus codos en la mesa, esperando. Tratando de averiguar cuál es la manera correcta de comportarse ante Louis, debatiendo un poco sobre si pretender que nada extraño ha pasado la noche anterior o sencillamente afrontar la realidad y dejar que la vergüenza le recorra enteramente hasta que le consuma por completo como se supone que debe de pasarle.

Una de sus manos cubre su boca dejando que sus labios rocen apenas su palma, un toque que no le apacigua en lo más mínimo y que sólo se camufla como una cubierta para que pueda meditar en silencio sin realmente hacer un ademán exagerado que denote lo nervioso que está.

Los pensamientos se le entrecruzan y llega un momento en el que ni siquiera se da cuenta de que se ha quedado pasmado. Viendo a la nada y sin tragar saliva aún y si su garganta se seca de a poco al no emitir ningún sonido. Perdido en ninguna idea en particular y tal vez pensando de más en Louis y en cómo ha tenido la mejor vista de todas al haberle descubierto durmiendo plácidamente contra él.

El pecho se le agita nimiamente cuando puede visualizar sus pestañas finas y largas estar quietas al intentar acariciarle los pómulos marcados. Con esa piel tersa que está regada de pequeñísimas pecas que ha podido ver con suma claridad, y que de un modo en particular le incita a querer contarlas en una excusa pobre que le dé el placer de admirarlo como cree que es debido.

Casi puede sentir en sus dedos la textura sedosa de su mandíbula y sus labios se presionan inconscientemente sobre la superficie de su palma, tratando de rememorar el beso que le ha dejado en su frente, un desesperado anhelo de volver a sentir un poco de aquello que se asemeja imposiblemente al pétalo de la flor más dulce jamás existida.

Desea sentir a Louis nuevamente aferrándose a él haciéndole una ligera presión en el abdomen, sin ser brusco, solamente queriendo un poco de calor a falta de alguna otra cosa que pudiese cubrirlos en el frío de la noche. Encogiendo sus hombros y llevándose a Harry consigo provocando que terminaran acurrucándose en el más pacífico arrullo que hubieran podido compartir hasta el momento.

New kisses ✦ larryNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ