VIII. Gerberas.

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La cabeza le punza en el instante en el que la consciencia le regresa en la interrupción de sus sueños, y su entrecejo se frunce notoriamente por la abrupta sensación que le causa el molesto dolor.

Siente las sienes a punto de reventar, acompañado de ese horrible y agudo pitido que le retumba en los oídos y le hace quejarse en el fondo de su garganta sin llegar realmente a producir un fuerte sonido. No está incómodo, pero es como si un enorme autobús le hubiera pasado por encima, y la reflexión de que el atiborrante agotamiento que presenta no es más que las consecuencias de la noche anterior cobrando factura en este instante, le hace volver a musitar de mala gana por lo bajo.

A ciegas, sin tener el valor de abrir los ojos porque el cansancio le vence y el deslumbramiento de la luz no es exactamente lo que precisa ahora, Harry se remueve ligeramente en su lugar en busca de acomodarse mejor en su almohada.

Pero en lugar de encontrarse con el cubre almohadas de algodón que tiene en su habitación, su nariz choca suavemente con otra textura que, aunque es suave, no se siente para nada como algo acolchado.

Curioso, inhala para intentar averiguar de qué se trata, encontrando un aroma extraño que parece estar mezclado entre un dulzor y otro olor más barato que no sabe describir del todo.

Sin muchas opciones, murmurando una vez más cuando tiene que moverse, Harry sube su mano izquierda y con cautela somnolienta pasa sus dedos por entre aquella extraña mata abultada que le sirve para reposar. Tocando por encima y rebotando sus yemas por sobre lo que parecen ser plumas delicadas y finas.

Tantea un poco más conservando su gentileza, no hallando nada por un minuto hasta que su extremidad se desliza y termina tocando lo que reconoce a la perfección como un poco de piel.

Y como si eso le despertara, Harry siente todo caerle como un balde de agua fría.

Una respiración le pega en el cuello, en medio, ahí donde se presenta un hueso prominente que da inicio a sus clavículas. Un brazo le pesa sobre el abdomen y otro se mantiene debajo de él a la altura de su espalda baja, manteniendo su cuerpo cerca del ajeno sin poder darle la oportunidad de separarse. Un par de piernas están estiradas a un lado de las suyas, reduciendo el espacio y haciendo que se enreden entre sí.

El rizado tiembla.

Temeroso de haber cometido un error en lo que resulta ser un nubarrón borroso que conserva como recuerdo de la noche anterior, y obligándose a abrir los ojos de a poco para averiguar qué es lo que realmente está pasando a su alrededor.

Necesita pestañear y tallarse repetidamente los párpados con su única extremidad libre para poder ver con claridad, observando un par de luces pasar rápidamente cuando aplica presión de más y terminando por volver a batir sus pestañas seguidamente para adaptarse a la luz lo más rápido posible.

Está en una estancia. Con el cuerpo tendido en un sofá y la cabeza recargada en un cojín cualquiera. Reconoce de a poco el lugar y con un suspiro deja ir el pánico al saber que no se encuentra en la residencia de algún desconocido.

Sus gemas bajan instantáneamente a quien sea que esté sobre él una vez la vista se le esclarece y el ojiverde por poco y se atraganta con su propia saliva al notar que quien descansa plácidamente a su lado es nada más y nada menos que Louis, que parece poco disturbado por estar recostado en su pecho manteniendo sus respiraciones acompasadas sin llegar a apartarse ni un centímetro de él.

Le ve las pecas regadas en sus pómulos, comparándolas con miel que parece le ha salpicado la piel sin algún orden en particular e imaginando a aquel líquido espeso y de color dorado escurrirse hasta su corazón con intenciones de contagiarle su dulzura hasta que su cuerpo entero sucumba ante tan deleitable complacencia. La fila de pestañas es larga y su sombra le acaricia las mejillas como si quisiera reposar sobre ellas en el más precioso esparcir, acaparando la mayoría de la atención y otorgando una vista preciosa aún y si los luceros azules que ocultan los párpados ajenos no saltan a plena vista.

New kisses ✦ larryWhere stories live. Discover now