𝗩𝗜𝗚𝗜𝗡𝗧𝗜 𝗤𝗨𝗔𝗧𝗧𝗨𝗢𝗥

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𝗖𝗘𝗥𝗔𝗦𝗨𝗦 𝗘𝗧 𝗩𝗢𝗖𝗔𝗧𝗨

—VEINTICUATRO

❝Cereza y alcohol❞




Ruby rió con fuerza y estiró el edredón de la cama, Emmalyne puso resistencia y estiró de nuevo el edredón hacia ella.

— ¡Arriba!

— ¡Que no!

—Emmalyne, son las seis de la tarde, ¿hace cuánto estás durmiendo?

—Desde que llegué de la preparatoria —respondió con un gruñido, Ruby volvió a reír—. Déjame dormir.

—Hace exactamente dos horas que estoy llamándote —la morena tomó el teléfono de la rubia y vio sus diez llamadas perdidas—. ¿Cómo es que no las sentiste?

—Tengo el sueño pesado.

—Puedo notarlo —rió—. Anda, arriba. Tengo planes.

—Yo también: dormir.

—Bien, duerme. Yo llevaré a Malia a una cita.

— ¡¿Una qué?! —Emmalyne se levantó de un tirón, haciendo a un lado el edredón y mirando a Ruby con los ojos entrecerrados—. No te atreverías.

—Apenas tiene amigos y no conoce mucho el mundo humano, la llevaré a recorrer el pueblo y...

— ¡No lo harás! —Chilló la rubia corriendo al baño—. ¡Estaré lista en cinco minutos!

Tal cual, Emmalyne estuvo lista en cinco minutos, le sonrió a Ruby viéndola esperarla sentada en el borde del colchón, se puso de pie y le tendió la mano y la rubia entrelazó sus dedos. Ruby acarició su mejilla notando la diferencia de estatura, cierto que no era la persona más alta de todos pero apenas por un par de centímetros le pasaba a la rubia, solo que esta se había obsesionado con un par de botas con plataforma, dejándola ser, quizás, cinco centímetros más alta que la morena.

— ¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa.

—No me gustan las sorpresas.

—Te gustará esta.

— ¿De verdad vendrá Malia?

—Ella tiene sus propios asuntos con Stiles —la morena rió recordando su conversación más temprano con Stiles—. Lo ayudé a preparar una cita de "estudios".

—Así que estuviste toda la tarde con él planificando mientras yo dormía en tu cama.

—Exacto —la morena rió.



∆∆∆∆∆



— ¿Ya llegamos?

—No.

— ¿Cuándo llegaremos? Llevamos caminando horas —se quejó.

—Apenas fueron treinta minutos, Emms —rió. Finalmente se detuvo y sostuvo la mano de la rubia para que dejase de caminar, le quitó la venda de los ojos y sonrió—. Sorpresa.

Emmalyne no tuvo palabras, sonrió con felicidad y le dio un abrazo a la morena. Sus mejillas comenzaron a doler pronto debido a la excesivamente gran sonrisa que tenía en sus labios, pero se sentía tan feliz y, para ser honesta, como una niña consentida.

¹𝗘𝗧𝗜𝗔𝗠 [𝓛𝔂𝓭𝓲𝓪 𝓜𝓪𝓻𝓽𝓲𝓷] {𝘁𝗲𝗲𝗻 𝘄𝗼𝗹𝗳}Where stories live. Discover now