𝗤𝗨𝗔𝗧𝗧𝗢𝗥

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𝗧𝗛𝗘 𝗠𝗢𝗥𝗗𝗘𝗥𝗘

—CUATRO

La mordida




Ruby acariciaba su tatuaje, pensando en todo lo que había pasado para llegar a ese punto, en las pérdidas que sufrieron y en cuánto le dolía saber que no podía volver el tiempo atrás.

Si bien el dolor que sentía era un recordatorio de que ella estaba viva, no podía no pensar en el por qué ella seguía viva luego de haber perdido más de lo que le habría gustado. La culpa era lo que más le pesaba a diario, saber que las cosas pudieron haber salido diferente, imaginar en los posibles resultados y en lo mucho que deseaba que no hubiera terminado de la manera en lo había hecho.

Sentía culpa por las destrucciones que Peter había hecho, por las muertes por culpa de Matt, en los sacrificios que Jennifer había hecho, en los miembros de la manada de Alfas muertos, en el dolor que hicieron sentir los Onis, en las desgracias que el Nogitsune había provocado. Y pensaba en las personas que habían dejado sus fuerzas y creencias en la lucha. En las personas que luchaban para mantener con vida a los demás. En las personas que seguían luchando para mejorar todo.

Incluso en la muerte de Emmalyne. Pues el lazo que se había creado entre ellas había sido fuerte y a veces sentía su fantasma, consciente de que los sentimientos que tenía por ella ya no estaban presentes, aún sentía el peso de haberla visto morir

¿Por qué Ruby se había estancado tanto tiempo? ¿Por qué su muerte le había afectado más? ¿O es que acaso ella ya se sentía lo suficientemente cansada como para intentar rendirse?

Es decir, ya había admitido que era ella la culpable de su estancamiento, pero aquel ardor en su pecho se encendía cuando recordaba todo y no sabía cómo detenerlo, tenía tantas dudas que quería aclarar y no sabía a quién recurrir; Derek ya estaba en lo suyo lejos de Beacon Hills y Peter estaba en la casa Eichen (tampoco era como si confiara en él).

Perdida en su mente, dio un paso en falso y terminó rodando por una pequeña colina. Maldijo sintiendo los dolores provocados por la caída.

A propósito, ¿en qué momento había llegado al bosque? Hacía algunos momentos se encontraba de camino a casa y ahora estaba de espaldas sobre un montón de hojas, con raspones y completamente desorientada. Se arrepintió al instante de haberle dicho a Scott que podría caminar de vuelta a casa, la soledad era lo que menos necesitaba, porque a pesar de haber aprendido a lidiar con lo que sentía, a pesar de aceptar que debía continuar, aún no estaba lista para estar sola.

Podría sonar muy exagerado, pero todos notaban que ella no podía luchar con la soledad. Scott se encargaba de cuidarla en la casa al igual que su madre, Stiles la distraía durante la tarde, Kira hablaba con ella sobre lacrosse, Lydia la llevaba a citas y Liam y Mason se encargaban de estar con ella durante las clases... Pero algo le faltaba: la valentía de poder lidiar sola con ese peso.

Necesitaba un ancla.

Necesitaba a Lydia.

Se abrazó las piernas oyendo las hojas crujir, escondió su rostro entre sus rodillas y comenzó a llorar, limpiando su alma y liberando toda la tristeza. Porque aún cuando ya había llorado demasiado, era como si todavía tuviera lágrimas que derramar.

Entonces recordó lo que le habían dicho los adultos de la manada.

El sheriff le había dicho: "Si sientes dolor y lo único que quieres hacer es llorar, hazlo. Rómpete a pedazos en tu propia burbuja, luego te vuelves a armar".

¹𝗘𝗧𝗜𝗔𝗠 [𝓛𝔂𝓭𝓲𝓪 𝓜𝓪𝓻𝓽𝓲𝓷] {𝘁𝗲𝗲𝗻 𝘄𝗼𝗹𝗳}Where stories live. Discover now