Capítulo VII

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Izuku apretó las manos sobre sus piernas y cerró los ojos con fuerza negándose a levantar la cabeza como aquel hombre de traje oscuro se lo había pedido. Las lágrimas empapaban sus mejillas y remarcaban caminos secos sobre su piel que creyó haber superado. Las manos cálidas de la mujer sentada a su lado revolvían sus cabellos a la vez que murmuraba algo dirigido al otro adulto en la habitación. No está listo, decía; no lo presiones, decía; él hablará en algún momento, decía. Izuku no sabía si volvería a abrir la boca para explicar con palabras todo lo que había pasado en ese y otros días atrás.

Él no quería mencionarlo, sentía que si soltaba el relato con su voz volvería a suceder, lo volvería a vivir. Como había dicho aquella mujer, no estaba listo y quizás jamás lo estaría.

El hombre frente a él restregó sus palmas sobre su rostro como un gesto de frustración, hizo señas con su mano a la mujer para que se alejara de Izuku y así poder conversar en voz baja sobre su situación. Izuku no era tonto, claro que hablarían de su situación, de lo que sucedería con él, hacia dónde lo enviarían una vez sea confirmado por los doctores la condición de su madre y lo que la policía tendría para decir una vez descubran el paradero de su padre. Él se quedaría solo, completamente solo.

Aprovechando los susurros y la distracción de ambos adultos levantó ligeramente la mirada para dirigirla a la pequeña ventanilla con cristal que se encontraba a su costado derecho, hace unos minutos ahí se encontraba la mamá de Katsuki viendo todo y hablando con otra persona de traje oscuro sobre los acontecimientos, pero ahora ya no la podía ver. Era obvio, ella se había marchado y no volvería. El pequeño corazón de Izuku se oprimió por la sensación de soledad, pero no podía culparla, después de todo no lo conocía y tampoco debía tener las suficientes fuerzas como para lidiar con algo así habiendo perdido hace un par de horas a su único hijo.

Bajó la mirada de nuevo a la interesante mancha en el suelo que encontró hace varios minutos, pensaba si tal vez se trataba de una mancha que podría ser quitada con un trapo mojado o si era algo impreso en la cerámica. Sea como sea le molestaba.

—¡No podemos hacer más por él!

Aquel grito provocó un salto en Izuku que lo llevó inconscientemente a levantar las manos sobre su cabeza y cubrirla tanto como pudiera. Ante la mirada de los adultos aquella acción fue desoladora, con tan poco y sin mucho conocimiento sobre el tema consiguieron deducir todo el sufrimiento que había atravesado. La mujer suspiro, en verdad detestaba hacer esa parte del trabajo cuando involucraba a niños, frente a ellos dejaba su gesto serio y profesional para envolverse en la tristeza de sus ojos.

—Izuku, escucha. Haremos todo lo posible para que las cosas se solucionen, pero debes decirnos todo lo que estaba pasando en tu casa. Las declaraciones de los vecinos y de la amiga de tu mamá no son suficientes, necesitamos saber lo que ocurría dentro de esa casa y solo tú puedes decirnos. Te prometo que encontraremos a ese hombre y haremos que se haga responsable de todo, pero colabora con nosotros.

—¿Y qué pasará conmigo? —dijo de repente Izuku, la mujer se alejó un poco para mirar por completo el rostro pecoso lleno de lágrimas—. Los doctores dijeron que es posible que mamá no despierte, papá...Papá desapareció. No tengo otra familia, señora, no tengo a nadie más.

Los ojos acuosos de Izuku amenazando con volver al llanto formaron un nudo en la garganta de la mujer que le hizo difícil el respirar. Miró hacia su compañero y ahogó un gemido, sus manos se movieron de un lado al otro sobre su rostro intentando contenerse, negó varias veces con la cabeza y llevando una mano en forma de puño sobre su boca dejó que el otro se hiciera cargo. Ella no iba a conseguirlo siendo tan sensible a situaciones así.

El hombre apretó las manos a los costados de sus piernas antes de empezar a caminar en dirección de Izuku, lo miró fijamente intentando recordarse a sí mismo el profesionalismo con el que debían manejar situaciones como esas, ya era suficiente tener a su compañera de trabajo llorando en una esquina como para él también doblegarse y preocupar mucho más a Izuku.

Infierno Celestial [FINALIZADA]Where stories live. Discover now