Capítulo 51

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Narra Alexandra

Cuando desperté, lo primero que mis sentidos percibieron fue el sonido del medidor cardiaco a mi lado y la blancura del lugar, lo cuál me dio una leve impresión de donde estaba. Cosa que... ahora que lo pensaba, puede que no me haya desmayado por el golpe, tengo el vago recuerdo de sentir un pinchazo en el cuello. Seguro el desgraciado de Ethan había colaborado para arrastrarme al hospital mientras Lyon me distraía.

–Hijos de...–Murmuré mientras me acomodaba para sentarme, echando una mirada a mi alrededor para asegurarme de que estaba sola. Si me habían traído a mí, seguro habían traído a Sia también, esperaba que ningún medico llamara a la policía– Ya van a ver, no les voy a volver a hablar en su putísima vida –Me quejé en murmullos mientras me esforzaba en levantarme de la camilla, pero solo logré sentarme.

Clavé mi mirada en el piso, tomando valor para comprobar si mis piernas no eran gelatinas y podía sostenerme por mí misma.

El tirón que sentí en el brazo al bajar, algo bruscamente, al piso casi me hace desmayarme de nuevo. Volteé a ver mi brazo notando que se trataba de una estúpida aguja que parecía estarme inoculando alguna cosa de la que no tenía idea, así que me recargué un poco en la cama y tomé aire, tenía que ser rápido. Rápido como arrancar una bandita que te atravesaba la piel.

Conté para mí misma. 1, 2 y... Arranqué la aguja antes de llegar al tres como si hubiera querido tomarme por sorpresa a mi misma. Reprimí un gritito adolorido mientras presionaba una parte de la sabana contra la herida, tratando de contener la sangre, pataleé quedamente intentando no ser obvia. Estaba segura de que en las películas no mostraban cuanto dolía hacer esta mierda en realidad, ni el hecho de que podría haberme abierto la vena en canal de haberlo hecho mal.

–Puta... –Inhalé hondo y contuve el resto de las groserías que quería decir, mientras me envolvía el brazo con la sábana.

Arrastré mis pasos a la puerta, sintiendo el aire fresquito en mi trasero y deduje, sin mucha dificultad, que me habían quitado la ropa. Eso significaba que tenía que buscar que ponerme, supongo que me habrán traído con mi pijama, Lyon está saliendo con un abogado ¡debería saber que es ilegal traerme contra mi voluntad! A menos que sea como yo y le importe un carajo, claro.

Pero va a ver, lo voy a acusar con Matt.

Traté de mantener el brazo vendado improvisadamente contra mi pecho para que la sabana no se desenredara, mientras salía al pasillo, y con mi otro brazo me sujetaba como podía la parte trasera de la bata. No quería que nadie viera mi desnudo y plano culo, gracias.

Asomé mi rostro en el corredor, asegurándome de que no hubiera alguna enfermera cerca o que se acercara a mi habitación. Tal vez iba a meterme en problemas por desaparecer del hospital, pero seguro si me quedaba podrían encontrarme y eso era justamente lo que no quería todavía, primero debía asegurarme de que ellos me aceptarían. Éramos como familia y la familia siempre se perdona... ¿verdad?

Ante el panorama despejado avancé con cautela, tratando de mantenerme fuera del rango de las cámaras y atenta por si me topaba con alguien en mi camino a la salida.

–Te lo digo, Clint, estoy seguro de que era ella.

Casi me da un paro cuando escuché la voz de Steve acercándose, aun más al procesar lo que había dicho puesto que significaba que no estaba solo. Oh, flechitas, creí que él se había retirado luego del incidente con Ultrón, me preguntaba como estaba él después de lo que había ocurrido, pero traté de apresurarme a regresar por el pasillo casi a tropezones y doblando en una intersección para evitarlos.

Sin embargo, parecía que ellos venían en la misma dirección porque continué escuchando sus voces un poco más.

–No es que no le crea, Steve, pero me parece poco factible ¿Por qué ella estaría en el supermercado como si nada luego de haberse desaparecido de la ciudad y del país hace años?

Four Elements [The Avengers] [PAUSADA]Where stories live. Discover now