Capítulo 128

1.7K 222 13
                                    

Este capítulo no lo escribo yo sino una persona que poco a poco se ha hecho un huequito en mi corazón. Me hace mucha ilusión que la primera persona que colabora en Kintsugi sea él; Gracias Lino  <3

______________

A la mañana siguiente, cuando Amelia se despierta y sin abrir los ojos nota un vacío frío a su lado. No le gusta esa sensación. Poco a poco, a medida que va abriendo los ojos, va escuchando a Luisita hablar por teléfono. Deduce que está hablando con Nico porque tiene la voz diferente, llena de cuidado y de amor. El pequeño está nervioso porque no hace otra cosa que hablar de dinosaurios, tema que recurre cuando algo no va bien.

- Nico, te prometo que haré todo lo que pueda para ir cuanto antes, de verdad... Pero aquí también me necesitan... Cuando acabe todo lo que tengo aquí, voy para allí, ¿vale? - Intentaba explicarle la rubia viendo como Amelia se asomaba por el salón con cara preocupada.

- Oye, te tengo que dejar, que si quiero ir a verte tengo que empezar a hacer las cosas para acabar cuanto antes... No olvides que te quiero mucho, y que eres un valiente y un campeón. – Se despedía Luisita viendo que su novia se acercaba con intención de abrazarla.

Luisita le dio un beso a Amelia en los labios, le cogió de la mano, y se sentó en el sofá con la mirada perdida y una falsa sonrisa que se veía de lejos.

- ¿Cómo está? – Preguntó Amelia con miedo a la respuesta.

- Lola dice que está tranquilo, pero yo a él le he notado muy nervioso, así que siento que no sé absolutamente nada, y esta sensación solo hace que tenga un nerviosismo y una preocupación mucho más grande... - Respondió Luisita girándose hacia ella, mientras jugaba con sus manos y por sus ojos empezaban a asomar unas pequeñas lágrimas vergonzosas. – Pero la verdad es que no tengo ganas de hablar, quiero que acabe toda esta pesadilla, y dejar todos estos miedos atrás. Creo que todos nos lo merecemos.

- Si necesitas hablar, sabes que puedes contar conmigo cariño... Para lo que necesites aquí estaré, ¿si? - Dijo Amelia mientras le daba pequeñas caricias en el brazo, y un pequeño beso en la sien.

Amelia solo podía pensar en qué hacer para animar a su rubia, porque no le gustaba verla así, pero en ese momento solo le salía abrazarla y demostrarle que pasara lo que pasara, ella iba a estar ahí, que no le iba a dejar.

En ese abrazo, ambas pudieron notar como Luisita se rompía en trozos minúsculos y sacaba toda la presión que desde hacía tiempo le ocupaba gran parte de su pecho. Cuando poco a poco se fue relajando, y se iba quedando dormida gracias a las pequeñas caricias en la espalda, y los besos en la cabeza que Amelia le iba proporcionando, alguien llamó al teléfono de la morena. Lo más rápido que pudo y sin molestar a su novia, cogió el móvil que lo tenía tirado por el sofá, y descolgó el teléfono sin mirar la pantalla.

Al escuchar esa voz, le entró pánico, pero a la vez paz.

- Amelia, espero no pillarte en un mal momento, pero te necesito. Bueno, más bien Marta te necesita. – Hizo una pequeña pausa, y al ver que la morena no decía nada, decidió continuar. – Lleva dos días sin hablar con nadie. Ni con los médicos, ni con su abuela... Con nadie.

- ¿Ha pasado algo para que ocurra esto? – Reaccionó Amelia, después de unos segundos en silencio.

- Que sepamos, no ha pasado nada, ha sido de la noche a la mañana... Amelia, te necesita, por favor, haz algo. - Dijo Natalia casi suplicando.

- Tranquila, hablaré con Carmen, a ver si me da más información... Muchas gracias Natalia. – Miró a Luisita que estaba durmiendo en su pecho. – Te tengo que dejar, estamos en contacto. Gracias por llamar e informarme, te debo una.

KintsugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora