RITUAL TERMINADO

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¡Últimos capítulos!

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-Chiara – escuchaba su nombre en un lejano murmullo – Chiara

Los párpados le pesaban y no encontraba la fuerza necesaria para levantarse.

-¡Alessia! – La llamada por su segundo nombre le hizo incorporarse de un salto observando a su alrededor, pero todo estaba consumido por la negrura –

-ho... ¿Hola?

-Aquí detrás – el aliento le hizo cosquillas en la nuca –

Girando la cabeza despacio contuvo el aliento cuando vio la figura materializada frente a ella.

¡No podía creerlo!

La encapuchada de sus sueños... ¡Era ella!

-Yo... yo – se apretaba sus brazos con fuerza tratando de despertar de esa pesadilla, no podía ser que ella misma se hubiese provocado interminables pesadilla... pero algo no cuadraba, ahora ya no sentía temor –

-Es normal – la voz de... pues de ella sonaba con eco – sé que estás confundida

-Ahora ya no me das miedo – murmura confesando sus pensamientos –

-eso es porque ahora ya eres tú...

-¿Qué? – le mira confundida –

-Ah cierto... yo soy tú, y la cosa esa negra eras tú... somos tú

-hay por Dios – se toma de la cabeza sintiendo un repentino mareo –

-Tranquila, tenemos poco tiempo – le toma la mano – somos tú en diferentes épocas de la vida – me sonríe, ¿Así es como me percibía la gente? –

-¿Poco tiempo? ¿Épocas de mi vida?

-Cuando estabas en el presente se presentaba ella, la de la sangre – dice un poco incómoda – y yo

-¿Tú quién eres?

-Ya te lo dije, tú... pero del futuro – niega – no importa... sólo recuerda romper el lazo de sangre

-¿Qué?

-Recuerda por favor – acaricia mi rostro – rompe el lazo de sangre... repítelo

-Pero

-¡REPÍTELO!

-Debo romper el lazo de sangre

-Bien – sonríe y me empuja –

-¡DEBO ROMPER EL LAZO DE SANGRE! – la sensación de ahogo le hizo levantarse de manera abrupta manoteando un poco, la garganta la sentía reseca y sus ojos por fin se abrieron observando la tierra bajo sus dedos –

Los flashazos llegaron inmediatamente a su cabeza.

El brindis.

Mikael.

La espada.

Alterada se observó el vestido teñido de sangre y con la tela rota, tocando su rostro y su cuerpo no terminaba de entender.

El quejido de Nicklaus le hizo girar la cabeza.

La sala estaba totalmente destruida, había fuego que alumbraba a sobremanera la habitación que normalmente se tenía entre penumbras.

-ahh ¡sangre! – murmuró Rebekah – ¿Qué pasó?

Nicklaus se movió rápidamente hacia ella mientras Chiara buscaba con la mirada a los demás.

¿Dónde se encontraban?

-Todo va a estar bien – murmuró sobando su espalda –

-¿Chicos? – atraje la atención de ambos, pero Rebekah se encontraba un poco mareada aún, él se acercó observando la mancha de sangre en mi vestido –

-Tranquila, todo estará bien – acariciaba su espesa cabellera negra –

-¡Mis hijos!

Apenas pudo terminar la frase cuando Mikael entró por la puerta abruptamente con una chica frente a él.

-¿Qué estás haciendo? – gruñó Nicklaus regresando junto a su hermana –

-Debemos terminar lo que se inició – la jaloneó hasta arrodillarla frente a ellos – tienen que beber para sobrevivir – sacando su cuchillo hizo una cortada en su mano frente a ambos –

El olor metálico de la sangre le hizo voltear de manera instintiva olvidando la preocupación que había sentido por sus hijos, se tomó de la cabeza soportando el mareo que le vino.

-Bebe – le ordenó Mikael –

-¡No! No, no – ambos comenzaron a manotear, pero Mikael le empujo haciéndole caer de espalda –

-Mikael – gruñó Chiara – basta ¿Qué abominación le estás pidiendo a tú propia hija?

-¡Bebe! – bramó Mikael y con brusquedad tomó la cabeza de Rebekah empujándola sobre la herida de la chica –

La rubia había emitido gemidos de resistencia en cuanto la herida entró en contacto con su boca, Nicklaus había retrocedido hasta topar su espalda con el cuerpo de Chiara, horrorizado ante tal espectáculo, pues Rebekah ahora se aferraba al brazo de la joven.

La pelinegra no podía comprenderlo, pero lamentablemente lo averiguaría pronto.

-Chiara – le miraba eufórico – querida tú turno

-No – negó haciéndose hacia atrás y Nicklaus se puso frente a ella de manera protectora –

-Tienes que hacerlo – tomando el mentón de Rebekah le pidió que pusiera toda su atención en él – cariño... ayuda a tú hermano, yo lo hare con Chiara

La pelinegra no podía apartar la mirada de Mikael en el instante en que comenzó a acercarse poco a poco.

Como si no hubiera escapatoria.

-Detente Mikael – levanta la mano frente a ella –

-Niña estúpida – se ríe malévolamente, saboreando de antemano las palabras que estaba por decirle – cuando mueres la magia muere contigo – le tomó del cuello con fuerza levantándola de un solo tirón – ahora ya no serás una amenaza para mí – gruñe en su oído aventándola cerca de los otros dos, y sin darle tiempo a nada arrancó a Nicklaus y de pronto, el brazo de la chica se encontraba en su boca.

Y fue una completa explosión.

No podía describir la vitalidad que sentía en ese momento.

Sus sentidos comenzaban a despertarse de ese letargo en que habían estado sumidos todos esos años.

El poder le recorría el cuerpo como la sangre por las venas, cual animal perseguido por cazadores... como un incendio incontrolable.

Un gruñido salió de su boca cuando soltó la mano de la joven.

-El ritual fue completado – sonrió con satisfacción –

Con asco de sus propias acciones, y aún algo ofuscada por haber bebido la sangre de esa chica giró su rostro hacia Michael

-Eres lo peor que nos ha pasado en la vida – le gritó Chiara juntando la fuerza necesaria para levantarse – eres un monstruo

-¡Lo somos! – alcanzó a escuchar su grito antes de perderse en la obscuridad –

Mi Constelación Favorita (Los Inicios)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin