4-DEJAME INTENTARLO

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Xiao Zhan permanecía en silencio mientras la estilista lo preparaba para la seción de fotos de aquella mañana. Sus ojos avellana denotaban el enojo que sentía en ese momento, y su mirada era capaz de hacer temblar a la pobre muchacha que lo arreglaba despacio y con sumo cuidado para no molestarlo.

Había sido una semana difícil desde el punto de vista del azabache. Él vivía tranquilamente con sus amigos y trataba de fingir una vida normal, pero todo se desmoronó con la llegada de ese león desvergonzado a su vida. Empezando con descubrir que su Jefe Liu Haikuan, y su amigo Yue Yang  trabajaban juntos para protegerlo desde hace mucho tiempo. Todo era una mentira, una absurda falacia de la que no era consciente de su participación.

Pero no tenía tiempo para pensar en eso, no cuando Wang Yibo entro a su departamento para empacar todas sus cosas y nuevamente secuestrarlo, decidido a que fuera a mudarse con él en aquel hotel frente a la playa como la pareja que debían ser. Su espacio personal y sus límites eran invadidos por el castaño a cada momento, que estaba dispuesto a que tuvieran una vida de esposos. Desde dormir abrazados durante toda la noche haciendo cucharita, bañarse juntos en la tina aún con las mejillas sonrojadas de Xiao Zhan por la vergüenza, hasta esperarlo al terminar de trabajar en la agencia para llevarlo al hotel.

Sus únicos momentos de soledad y paz, eran cuando estaba sumergido en el trabajo y posaba para las cámaras. Xiao Zhan aceptaba que tener a su Protector cerca era extraño. Se sentía anormalmente cómodo con lo pegados que estaban y no se debía preocupar por espíritus o Demonios que lo persiguieran. Sin embargo, también estaba presente el hecho de que todo cambio sin que si quiera le preguntaran.

¿Dónde quedaba su opinión?

No solía frecuentar las fiestas o salir a menudo en citas, pero ahora con un esposo celoso y posesivo debía cuidarse hasta de quienes lo veían de lejos, puesto que un gruñido salía a relucir cada que se le aproximaban.

—Te vez muy apuesto Xiao Zhan—sonrió la muchacha guardando sus cosas en su bolso.

—Es por tu gran habilidad para peinarme, siempre haces un excelente trabajo —respondió haciendo a la contraria sonrojarse.

—Muchas... gracias. Realmente estoy muy feliz de trabajar contigo...eres muy amable...me gusta eso de ti...

— ¡Es lo que siempre le digo!—interrumpió Wang Yibo entrando por la enorme puerta del salón donde los modelos se preparaban— ¡Mi esposo es muy amable!

Xiao Zhan se quedó aturdido, asimilando el descaro con el que el castaño se posaba detrás de él y lo abrazaba de la cintura.

Los otros modelos y estilistas prestaron atención a la pareja, sorprendidos ante el comportamiento del sujeto que parecía marcar su territorio amenazando a todos con una mirada felina.

—No sabía que estuvieras... casado—dijo Yu Ziyuan parada cerca de la ventana, luciendo como siempre un pegado y resaltante vestido negro—. No diste esa información.

—Oh, es que es un tema reciente... verá, luego de diez años recién nos casamos—respondió Wang Yibo con tranquilidad.

—Sí...fue algo íntimo. Solo familia muy cercana...—añadió el azabache por la mirada seria de su Jefa.

—Bien, de haberlo sabido antes habrías participado en el desfile por la diversidad. Lo tendré en cuenta...—señaló al castaño—En cuanto a tí, eres muy apuesto. ¿No te gustaría trabajar aquí?

— ¡¿Qué?!—saltó Xiao Zhan— ¡Por supuesto que no!

Yu Ziyuan alzó una ceja ante la voz del azabache, quién rápidamente se hizo como un gatito asustado luego de ser regañado.

EL PROTEGIDO DEL LEÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora