EL PROTEGIDO DEL LEÓN

17-INTERCAMBIO

Los enormes ojos color sangre de la criatura, contrastaban con sus llamativas escamas negras que le daban una apariencia emplumada, y sus cuernos que sobresalían de la parte superior de la cabeza. Sus colmillos largos y retráctiles en la parte frontal de la mandíbula superior salieron a relucir con un brillo al abrir el osico y mostrar la ferocidad de la Bestia.

Las Panteras retrocedieron ante el imponente Demonio y se vieron acorraladas por los sirvientes que se preparaban para atacar a sus enemigos.

La cola de la serpiente dió contra varios Protectores, golpeándolos al punto de salir estrellados hacia atrás, siendo uno de ellos  Gao Ayanga. El menor reaccionó ante el acto y corrió impulsandose en sus patas y atrapó usándose a sí mismo de soporte para que su Alfa no se lastimara.

—Súbete...

Xiao Zhan escuchó la voz del castaño en su mente, trepándose al instante al lomo del León y sujetándose de su melena para no caer mientras el felino empezaba a correr en dirección a la serpiente gigante.

—Debemos contenerlo mientras Huaisang une su sangre con el Agua Sagrada. Por ahora trata de usar tu luz para atacarlo...

El azabache asintió preparando su espada, y el León salto usando los troncos de los árboles para ganar velocidad y altura. Wang Yibo gruñó y se inclino alzando al humano para que éste pudiera aprovechar e incrustar la punta de su espada entre el cuerpo escamoso de la serpiente, rompiéndose en el proceso a la mitad.

— ¡Mierda! ¡Sus escamas son demasiado fuertes!—rezongó el cazador.

— ¡No importa! ¡Ya lograste quitar algunas!

Xiao Zhan cayó al suelo de cunclillas al pasto, y observó como la criatura mordía y se agitaba buscando atrapar al León que corría sobre su larga cola escamosa e invocaba su viento para cortar la piel expuesta del Demonio.

— ¡Tú puedes Yibo!

Una de las criaturas se dió cuenta de la distracción del humano y se lanzó sobre él para atacarlo. Las costillas que sobresalían cubiertas en sangre chocaron  contra el pecho del azabache, y su cabeza se golpeó con la punta de una roca oculta entre el pasto.

Xiao Zhan abrió los ojos ante el dolor y escupió sangre, tomo el trozo que aún quedaba de la hoja de la espada y lo clavo a un lado de la cadera del Demonio, siendo este lanzado a un lado por el León.

Las Panteras pudieron pararle el alto a los avances de los sirvientes, y ante el estado lastimado de la serpiente se lanzaron todas sobre Wen Han para usar sus garras y clavarlas en sus heridas.

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Con la pronta caída de la noche, los Cazadores y Protectores que daban batalla a las numerosas hordas de Demonios, vieron como un Portal se abría y de el una Pantera caía con una espada en el osico. Usando la sangre del Pilar Demoniaco, Zhuo Cheng baño con ella una de sus Flechas Sagradas y la lanzó directamente al Fragmento destruyéndolo al instante.

Tal y como habían predicho, aquel que se mantenía escondido en Argentina había sido sembrado por Ling Mao y su propia sangre, por lo que al entrar en contacto con un arma sagrada y la escencia de otro Demonio este pudo ser destruido.

Los que aún permanecían en pie, tomaron todas las fuerzas que aún tenían y fueron directamente a Egipto donde el equipo de Nie Huaisang se enfrentaba a Zhu Zanjin.