♥️EXTRA♥️

1.5K 251 88
                                    

Shanghai, cuatro años después.

—Que sean dos—instó Yue Yang decidido.

— ¿No crees que es demasiado?—pestañeó Xiao Zhan sorprendido.

— ¿Demasiado? Eso dile a los cachorros que llevo dentro... Estoy seguro de que serán  Alfas, son realmente malcriados. No sé a quién han sacado ese carácter rebelde, cada que no como lo que me piden me paran pateando...—gruño el Omega.

—Sí... Tampoco puedo imaginar de quién sacaron ese carácter—rodó los ojos el azabache con sarcasmo.

—Yo creo que serán unos lindos Omegas—sonrió Wang Yibo abrazando al menor— ¿Tú qué crees Zhan?

—Yio cleo que sheran unosh yindosh Omegas—remedo la Pantera—Si salen Omegas serán unos fuertes e inteligentes, apuestos y gallardos no lindos.

—Yue, no seas así...—le entrego dos conos de helado Gao Ayanga para tratar de bajar la tensión—Yibo solo es amable...

— ¿Crees que yo no soy amable?—cambió a un rostro sonrojado por las próximas lágrimas que amenazaban con caer de los ojos de Yue Yang.

—¡Yo no dije eso!—nego rápidamente el Alfa— ¡Yue es perfecto!

—Yue ya perdió el apetito—le devolvió los dos cono de helado a su esposo y empezó a caminar solo hacía la entrada del Acuario de Shanghai.

—¡Yue espera!—corrio el mayor detrás del otro.

—Sabia que cuando un Omega está esperando cachorros suele tener muchos cambios de humor, pero no esperaba a que fueran tantos...—comentó el castaño.

Xiao Zhan dejo salir una carcajada, llevándose la mano a su pecho antes de reír sin control alguno. El azabache conocía muy bien a su amigo, después de todo vivieron juntos mucho tiempo y trabajaban en el mismo lugar. El menor sabía que aunque Yue Yang estuviera esperando cachorros, sus cambios de humor no se debían a eso. Era una broma que solo ambos y Ming Yubin conocían. Y es que ver a su Alfa pulgoso asustado por sus emociones cambiantes les resulta a divertido.

—Yue solo está molestando... Entiendo lo de los antojos, pero lo demás solo es por ver a Ayanga nervioso—señalo el humano.

—Eso es cruel... ¿Por qué no me incluyeron?—hizo un puchero el León.

—Bueno ya estás incluído. ¡Vamos que nos dejan atrás!—dijo tomándolo de la mano para correr a la fila.

Los cuatro muchachos habían aprovechado aquel fin de semana para disfrutar de un paseo al Acuario de Shanghai. Luego de cumplir con los diversos proyectos de la Agencia de Modelaje de Yunmeng, además de completar varias cacerías de Demonios, al fin podían divertirse un poco.

— ¡Es hermoso!—exclamo el azabache admirando los peces a través del cristal.

— ¡Wow!—saltó Wang Yibo pegandose al lado de ellos peces.

Las parejas se dividieron para poder pasear relajadamente y compartir momentos más íntimos, claro que siempre teniendo cuidado de no llamar la atención.

Aprovechando la soledad del salón, Gao Ayanga se dejó llevar por sus impulsos y atrapó de la cintura al Omega tomándolo desprevenido y lo beso en los labios.

—Oye... Mnnn...estamos en público...—se retorció Yue Yang al ser mordido en el cuello por el Alfa.

—Lo siento, pero desde que estás esperando los cachorros sueltas un aroma demasiado atrayente... Se hace cada vez más difícil no atacarte...

EL PROTEGIDO DEL LEÓN Where stories live. Discover now