Capítulo 6|El poder de estar bien

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Suspiré.

Después de llevar un largo rato intentando ver su cabello color negro entre los demás estudiantes por fin pude verle, sentado detrás de las aulas con un cigarrillo enredado entre los dedos de su mano izquierda y dibujando algo sobre una hoja blanca con su mano contraria.

En silencio tomé asiento al lado de él, con una distancia prudente obviamente y solo me dispuse a ver lo que su mano dibujaba, un increíble retrato de El Ángel Caído sobresalía sobre aquella hoja que antes se veía simple y sin nada que admirar, para ser más específicos era Lucifer quien estaba siendo perfectamente dibujado por sus manos.

Le dio una calada al cigarrillo y después de mantenerlo unos segundos solo lo dejó salir por sus fosas nasales, creando dos ríos que después se esfumaban entre el aire.

La música que sobresalía por sus audífonos me dejaba muy en claro que Noah y yo somos como el azúcar y la sal.

Aunque alrededor había ruido y risas por todos los demás podía escuchar su música, parecía Lil God Dan o algo por el estilo, mientras que yo prefiero algo más como Conan Gray.

Bajé la mirada un poco y me di cuenta de que la manga de su suéter tenía un poco de sangre, me sorprendí de inmediato y no supe que hacer exactamente, aunque supongo que preguntarle sería la mejor opción, pero al mismo tiempo sentía un poco de miedo por cuál iba a ser su contestación.

Hablamos de Noah, su reacción puede ser cualquiera.

—¿Qué te paso? —pregunté en un hilo de voz mientras señalaba con mi dedo índice a su sudadera— ¿Con qué te lastimaste?

Él no respondió, no me miro y tampoco bajó el volumen de su música.
Igual que el día de ayer, pero pude notar que después de todo me había escuchado, pues dirigió su mirada a su suéter donde estaba manchado.

Pasaron unos minutos en los cuales surgió el silencio, o al menos solo para mí. Tome una pequeña y delgada rama del suelo y comencé a trazar lo que sea en la tierra, quedando garabatos entre mis pies.

Dibujando lo que sea y después borrándolo con la suela de mi zapato, sin nada que hacer, solo acompañando a Noah para que no siguiera solo mientras el tiempo transcurría y todo el mundo giraba.

—Eres pésimo dibujando —Levanté la mirada rápidamente. Ya no tenía puestos sus audífonos y ahora se encontraba guardando el dibujo que al parecer ya le faltaba poco para estar concluido —. ¿Qué es lo que quieres? —preguntó de repente.

Pasaron unos segundos, me quedé en silencio solo intentado no ahogarme con su pesada e intimidante mirada que me veía sin ningún temor. Solo esperando una respuesta coherente que llenara sus expectativas.

—Yo... s-solo quiero que seamos amigos —respondí —, como Bob Esponja y Patricio —reí un poco por lo último.

Frunció las cejas—Claro.

No dijo más, solo comenzó a caminar sin querer contestar o dejar responderle.
Dejándome en las aulas abandonas donde la pintura ya comenzaba a caer de las paredes, con nidos de pájaros sobre el techo y voces lejanas de los demás alumnos.

—¿Sabes lo que le pasó? —le pregunté a Tessa.

—No, y preguntárselo será mala idea, ¿o tú ya lo hiciste?

CONQUISTANDO EL CORAZÓN | BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora