Capítulo 41|Mi cuerpo te necesita

9 1 0
                                    

Noah

Después de estar un tiempo despierto viendo a la nada y pensando en todo, tomé sus muñecas con delicadeza para no despertarlo y comencé a quitarlas de mi pecho para levantarme e irme a casa.
Tenía muchas cosas en mi cabeza, muchas que no comprendía y otras que apenas lograba digerir, no sabía si podría con esto, ni siquiera sabía cómo llamarle, aún no había nada claro entre nosotros a lo que se le pudiera poner un nombre.

Sus brazos volvieron a mí y me abrazó nuevamente con un poco de fuerza para evitar que me fuera, haciendo un ruido que parecía un puchero.

—Suéltame, tengo que irme —murmure mientras movía sus manos una vez más.

—¿Por qué? —habló con la voz ronca, adormilado aún.

—Ahora mismo debería de estar en casa —negó ligeramente y escondió su rostro en mi costado, mientras abrazaba mi cintura con con su calor corporal —. Quítate a la mierda, me haces cosquillas —reí intentando no hacer mucho ruido.

—Pero quiero abrazarte —pronunció.

En cierto modo me causaba ternura.

—Y yo quiero tener un auto —lo alejé entre quejas —, no todo se puede.

—Ahg... —pude sentir que rodeo los ojos, para después girarse dándome la espalda.

Me levanté y comencé a ponerme mi camiseta ahora completamente seca, y por encima de esta el suéter que le había prestado, ni alcoholizado le volvería a dejar algún suéter mío, pues posteriormente no va a regresármelos.

Comencé a ponerme los zapatos y después de un rato me arrodillé al lado de él, viendo su rostro y sintiendo su respiración pesada al volver a quedarse dormido, se veía tan frágil e indefenso.

Era imposible que un niño como él me hubiese hecho sentir diferente, otra persona a la que una vez fui, era difícil siempre alejarme un poco pues mientras más cerca estaba era mejor para mí, tenía un poco más de sentido el vivir el día a día, sin embargo, cuando la distancia se volvía presente, volvía a ser la persona de antes de la que tanto tiempo llevo huyendo, me sentía solo nuevamente y con una cortina al rededor mío que no me permite hacer las cosas que quiero, comenzaba a tener una dependencia emocional por el chico que estaba frente a mí.

Una dependencia tan fuerte, que cuando no estaba todo se volvía para mal, por un momento únicamente su presencia se volvía la única luz de salida entre toda la brisa que obstruía el camino, lo que me llevaba a arrastrarme entre las piedras de no sentirme bien estando yo solo, me hacía falta tener algo de lo que aferrarme para levantarme, y no quiero que sea él. Eso solo sería a arrastrarlo conmigo también, como un agujero negro que absorbe toda la mierda a su alrededor, y sé que desde el primer instante en el que nos cruzamos, lo he arrastrado cada vez más.

Le dije demasiadas cosas de las cuales ahora me arrepiento, incluso me atreví a golpearlo por cuál fuera la razón, y aun después de toda la mierda que le hice, él sigue aquí... sin querer que me vaya. Y eso también me aterra, porque debió de poner límites y yo debí de respetarlo aunque no los hubiese puesto. Le hice daño a un chico que por alguna estúpida razón se enamoró de alguien inestable, y que ahora lo está volviendo inestable también...

Lleve mis dedos a su cabello que caía por su frente, y lo acomode detrás de su oreja con delicadeza para no despertarlo.

Lamento demasiadas cosas en mi vida, tantas que no puedo contarlas con cada una de las hojas de un árbol, pero de lo que más me he arrepentido... es de tener algo que a él le gusto de mí, porque de esa forma lo lleva a que solo lo acompañe a mi mar de emociones que le ahogaran lentamente, y estoy seguro de que ya lo están haciendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CONQUISTANDO EL CORAZÓN | BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora