Humano.

585 76 43
                                    


- Esto es por mis dedos - dijo mientras sacaba la hoja del cuchillo y la volvía a encajar en su torso. Senku abrió los ojos de nuevo - esto es por mi hombro - volvió a encestar otra apuñalada esta vez en el mismo lugar de antes - y esto es por que te escapaste - volvió a abrirse paso a su carne con el cuchillo -

El peliverde tenía los ojos abiertos de par en par, su ropa tenía una enorme mancha roja oscura que se iba haciendo más grande cada vez, miro hacia abajo hacia su estomago y puso sus dos manos ahí marchandolas con su sangre mientras miraba como ese color rojo adornaba ahora sus manos tosio dejando que otro par de gotas de sangre saliera de  su boca y se derramara por los extremos de sus labios. Empezó a sentirse débil la herida en su brazo había manchado casi en su totalidad la manga de su ropa así como casi toda su mano comenzó a ver borroso y todo a su alrededor le daba vueltas y sentía que ya no podía mantenerse de pie por  si mismo.

- Senku...- susurro Kohaku al ver al joven mientras ella ahora estaba de rodillas sobre el suelo -

El peliverde miro hacia abajo Ibara seguía en su mismo lugar con las gotas de la sangre que él había escupido sobre su cara y la navaja manchada de sangre y le sonreía como si hubiese ganado como si hubiese hecho algo bien apuñalandolo y dañando órganos importantes para su sistema.

- ¿De que...te ríes? - dijo -

- De como fue tan fácil acabar contigo en frente de tus amigos - dijo - admito que no fue fácil llegar a ti o acercarme por culpa de ellos pero todo valió la pena -

- ¿De que te sirve todo esto? ¿De que sirvió? - dijo volviendo a toser escupiendo aun más sangre - Dime...-

- ¿Aun puedes hablar y mantener el equilibrio a pesar de haber perdido mucha sangre? No eres tan débil después de todo - rió - pero ya no me sirves al menos no vivo - Senku sólo lo miro - quizás algunos de tus órganos me puedan servir o tu cuerpo me pueda ayudar a seguir experimentando al menos ya no opondras resistencia y no te quejaras cada que te inyecte algo-

Senku se quedo ahí quieto sosteniendo su abdomen herido con un dolor punzante que le recorría el cuerpo sintiéndose morir en cualquier momento.

- ¡Senku! - escuchó el grito de Kohaku a lo lejos - ¡Senku! - ella de inmediato se puso de pie y fue corriendo hacia donde estaban ellos -

- Ahora que tú no  estarás me podré vengar bien de esa maldita-

El peliverde busco con la mirada la navaja ya desprotegida por el asco de persona que  tenía debajo suyo y que se seguía burlando de él mientras la leona se acercaba cada vez más él empezó a contar...le quedaban ocho minutos y con esos ocho minutos y con sus pocas fuerzas estiró su brazo hasta tomar la navaja y la sostuvo con fuerza como pudo mientras Ibara seguía hablando las barbaridades que aría luego de que él muriera.

- Te equivocas - dijo -

- ¿Ah? - de repente el ojirojo se agachó hasta la altura de su pecho teniendo su cara en su oído -

- No tocaras a mi leona y mucho menos a los demás - presionó el filo del cuchillo en donde sabía que se alojaba un órgano importante y la clavo con fuerza moviendo circularmente el arma sacando y volviendola a clavar como hizo con él - con esto ya no lastimaras a nadie y además tú me das asco...-

Dio un fuerte apretón al puño de la navaja y la clavo más profundo para luego dejarse caer a un costado de Ibara sosteniendo su abdomen manchado de sangre, sus ojos amenazaban con cerrarse en cualquier momento.

- ¡Senku! - él sonrió - ¡Senku,Senku! ¡Cielo santo, estas con la ropa manchada de sangre!- dijo mientras reposaba la cabeza del científico sobre uno de sus brazos -

°•Experimento•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora