Mi madre me ayuda a acomodar las cosas en la cocina del apartamento mientras papá empaca mis prendas en el armario. Fue una noche difícil, tuve que rentar otro apartamento porque no había forma de que durmiera aquí pero a final de cuentas dio lo mismo porque no pude dormir.
Pensé y pensé toda la noche llegando siempre a la misma conclusión y es que no puedo hacer nada más que...
—¿Ya hablaste con tu tía Kate?—me pregunta mamá despabilándome.
—¿Para qué?—inquiero con el ceño fruncido.
—Para que ponga en venta el apartamento—comenta—Con ese dinero podrías comprarte otro en cualquier parte de la ciudad o ahorrarte el dinero y regresar a California con nosotros.
Los ojos le brillan esperando que le diga que regresaré con ellos, sin embargo niego con mi cabeza.
—No venderé el apartamento, ni la casa que compré en California—le aclaro guardando los vasos en la caja. —Solo... no puedo vivir aquí. Eso es todo.
Sé que tiene bastantes preguntas, de hecho incluso mi padre las tiene porque desde ayer que me vieron salir esperan que les diga qué sigue con respecto a mi vida, dónde quiero ir, qué es lo que haré incluso esperan que regrese a trabajar pronto. Quieren que enderece mi vida, sin embargo tengo otros planes en mente, unos que quizás no le agraden demasiado.
—Hijo, ¿Quieres que haga la cama?—pregunta mi padre desde la habitación.—¿La ropa de Joy la donarás?
Aquella me pregunta me saca corriendo de la cocina hasta su lugar. Está con los brazos cruzados mirando el desastre de la que algún día fue mi habitación pero con cuidado lo saco cerrando la puerta con llave al notar que mi ropa ya está fuera.
—¿Qué haces? Todavía falta arreglar eso—comenta con el ceño fruncido.
Niego con mi cabeza.
—Quiero ese desastre tal y como está—le digo. —Esa habitación no se toca.
—Pero no puedes vender el apartamento con ese desastre así.
—Lo sé, es por eso que no venderé el apartamento —digo, regresando junto a mi madre quien se encoge de hombros al ver a su esposo.—Quiero dejarlo todo como está, esto no se va a vender.
Mi padre no lo entiende pero tampoco se lo explico. Ciertamente lo que yo quiera hacer lo haré y por eso no discute conmigo yendo a terminar de acomodar las cajas en la sala.
—¿Vas a llevar esto a California?—pregunta.
—Tampoco vendrá a casa con nosotros—le dice mamá.
—Entonces ¿qué carajos vas a hacer?—gruñe papá cruzándose de brazos. —No quieres vender, no quieres mudarte, no quieres regresar con nosotros. No entiendo.
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Entre Joy y Nueva York (AQS #5)
RomanceJoy Finlay es descuidada, desprolija, despistada y una pésima cocinera. Vive su vida un día a la vez, odia las agendas, la contaminación y el machismo. Jamás ha planeado algo y a la edad de veintiocho años no ha tenido ni una sola relación seria. L...