Día 5: Omegaverse +Almas gemelas

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Aclaraciones: La sociedad de este mundo es diferente al clásico donde se desarrollan los omegaverse.

Los omegas masculinos son pocos y por ende vistos mal o incluso odiados.

«No todos los soulmates nacieron para estar juntos y ese fue nuestro caso. Éramos como un mal sueño en un día de primavera, la nota que no encajaba en la partitura y el velero que naufragó. Lo nuestro era amarnos en secreto, en pequeños besos y tímidas caricias de invierno, pero tuvimos la osadía de gritarlo al viento, las lágrimas florecieron y las palabras desgarraron nuestra piel.

Lo siento.

Prefiero haber amado y sentido el ardiente dolor de la separación, que nunca haber tocado tu delicada piel.

Nos veremos de nuevo, una voz en el ocaso me lo contó.

Ojalá que no sea otra mentira una llena de ilusión. Sin embargo, a pesar que la realidad me golpeé de nuevo yo seguiré esperando en una vieja sala de boliches. Esperando ser salvado.

Lo nuestro fue un bonito sueño... y al final termino siendo una pesadilla. Adiós Takemitchy. »

Ya se cumple un mes tus ojos no brillan. Y el azul cielo de verano se ha llenado de neblina.

La soledad encaja demasiado bien en mi piel, todo se siente diferente. Veo la luna, puedo ver tu reflejo, brilla con intensidad al igual que tú; miento tu brillo era más real, las estrellas ruegan por un oportunidad y yo sigo esperando un milagro.

Lo perdí todo, no debiste ilusionarme si sabías que esto acabaría.

Éramos tan jóvenes tan ingenuos.

Y tú eras la flor más bella del jardín.

Después de aquella noche de invierno no volví a amar a nadie ni a sentir aprecio por las flores. Me robaron la luz, te consumieron.

Aún puede verte en un prado, con unos girasoles entre tus dedos sonriendo, como si nada hubiera pasado. Como si el dolor no nos hubiera alcanzado.

La luz que empañaba nuestros días era cálida y los ecos del pasado una pesadilla de media noche.

Lo nuestro nunca podía ser bueno.

Cuatro años atrás:

Takemichi era luz.

Mikey también lo fue.

Sus caminos se cruzaron por casualidad, ninguna buscó conocer al otro, pero aquel hilo designo que así fuera.

Caprichoso y enigmático como solo él puede serlo.

Cuando los rayos del ocaso acarician con recelo el escenario, la brisa agita sus cabellos y el hilo se tensa. Pueden sentirlo.

La sangre bañando su rostro, su ojo morado por los golpes y su cabello revuelto.

—Nunca voy a rendirme —gritó con todo lo que tenía, con la voz quebrada y los ojos llorosos.

El inicio de su desgracia.

«A veces es mejor dejar ir lo que amas, le había dicho su hermano una noche mientras dormían»

Maitake week 2021Where stories live. Discover now