Día 7: Cambio de cuerpos

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La tarde de Hanagaki transcurría con normalidad, por alguna extraña razón Mikey le escribió muy temprano en la mañana para un cita, demasiado temprano para ser Mikey.

Empezó a ver unos vídeos en internet mientras espera a Sano, cuando un fuerte golpe en su puerta lo asusta provocando que su celular salga volando, llora por dentro.

—¡Mitchy vámonos! —vocifera Manjiro entrando sin el menor pudor luego de tirar la puerta abajo.

Takemichi se lamenta por tener un novio tan "exótico" como Manjiro y se levanta de su cama.

—¡Mikey! Es la tercera vez que tiras la puerta en una semana, ¿quién va a arreglarlo ahora?

—Se le encargaré a Ken-chin. Ahora vámonos —entra sin más para llevar a rastras a su rubio.

Caminan presurosos por las calles, giran por unas esquinas y corren por unas avenidas, Takemichi recorre el lugar con la mirada, mientras sus pasos continúan el lugar se vuelve más rústico, la naturaleza parece invadir las casas. Nunca había visto un vecindario como ese intenta hacer memoria, pero no encuentra nada.

Se detienen frente a una tienda, en su letrero se ven en letras cursivas un que no logra descifrar a cuada del polvo.

—Hace unos días encontré este lugar la señora que atiende es agradable.

—Y ¿para qué hemos venido?

—Para saber nuestro futuro

¿Eh?

Hanagaki se encuentra confundido y queda perplejo ante las palabras de su acompañante, siente un leve jalón en las manos que no es más que Manjiro invitándolo a entrar.

El olor a incienso y otras hiervas invaden el lugar, se siente demasiado relajado y sigue caminando.

El Tictac que caracteriza a los relojes cucú resuena en el lugar, sus pasos son más lentos y una sonrisa se asoma en los labios de Manjiro llegan frente a una cortina semi-transparente de un rosa chillón y entran a la pequeña sala.

Una mujer de ondulados cabellos les sonríe, su vestimenta es extravagante en todo el sentido de la palabra, detrás de ella un estante lleno de hierbas, libros, cartas y una serie de objetos extraños que Takemichi nunca a visto resaltan, sus ojos curiosos siguen observando todo.

—Buenas tardes señora he venido con alguien especial y quiero que nos vea el futuro.

—A vuelto joven Sano que bueno y tu cariño?

—Buenas tardes, soy Takemichi Hanagaki, un gusto.

—Igualmente, pero vamos siéntese.

Una extraña sesión inicio, el rubio de orbes azulados mira todo con fascinación como si de un niño pequeño se tratara. La mujer les pide que escojan tres cartas y ambos sonríen para acceder gustosos, empieza a voltear las cartas con lentitud.

—Veo en su futuro oscuridad, una oscuridad que consume sus vidas, oh pobres almas algo muy malo se avecina...

—Eso no puede ser cierto.

—Yo nunca me equi-  —los ojos oscuros de la mujer se exaltan— Disculpen, ¿dónde están mis lentes? a veces olvido que no los traigo no veo nada sin ellos.

Ambos ruedan los ojos.

—Bueno, veo en su futuro alegría y bonanza, les irá muy bien.

—Eso suena mejor. Y ya sabes eso, creo que me está queriendo estafar. se queja Manjiro, estaba empezando a dudar de esa mujer.

—Yo nunca haría una acción tan vil.

—No le creo

—Puedo provarte que poseo magia. —afirma para levantarse del asiento e caminar hasta un estante, se acerca a los menores y les extiende un pequeño frasco— Si toman esto su mayor deseo se cumplirá.

—Es alguna clase de veneno.

—Mocoso malcriado, tómalo y retírate.

Mikey no duda en arrebatarle el frasco y salir caminando con su novio del lugar.

Takemichi sigue confundido y le sigue el paso hasta llegar a su casa.

—Hay que probar si funciona.

—No deberíamos

—Tienes miedo Mitchy?

—Claro que no. Dame eso.

Takemichi toma el líquido del frasco de un trago y hace una mueca de asco por el sabor.

—Ahora es tu turno.

Mikey sonríe y lo toma para imitar la mueca de su  rubio novio.

Un fuerte dolor de cabeza los golpea, sienten un hincón en el abdomen y caen desmayado sobre el suelo.

Cuando Takemichi despierta aún siente los estragos del golpe, por alguna extraña razón su cuerpo se siente diferente, su cabello le hace cosquillas en el hombro,pero el no tiene el cabello largo.

Corrw hasta al baño para verse en el espejo, sus labios forman una pequeña "o" y suelta un grito.

Manjiro despierta por el ruido siente un punzante dolor en la sien y camina en buscando de donde proviene el escándalo para ver su cuerpo frente al espejo.

Demasiado raro para ser verdad.

Tal vez los Dorayakis qu comió estaban en mal estado.

—¿Mitchy?

—Mikey-kun¿ por qué tengo tu cuerpo?

—Ni idea.

Ambos miran sus reflejos en el espejo y empiezan a tocar su cuerpo "Debe ser un sueño", piensan ambos.

Una sonrisa maliciosa decora los labios de Manjiro.

—Voy a tocarme. —vocifera para salir corriendo del baño

—Ni se te ocurra Manjiro —un sonrojado Takemichi corre detrás de su novio.

Mikey entra a una habitación y cierra la puerta con seguro.

—Manjiro abre la puerta —los golpes incesantes de Takemichi hacen temblar la puerta.

—No.

—Voy a tirar la puerta.

—Entonces ya no te debo una puerta. Si lo haces estamos a mano.

—Claro que no. Abre ahora mismo.

—¡Voy  a empezar!

La puerta sale volando y un iracundo rubio hace acto de presencia, sus oscuros ojos examinan el lugar hasta encontrar a su novio en su cuerpo.

—Ahora no te debo nada.

—Debes arreglar esto — dice señalando su cuerpo.

—Yo lo veo bien. Realmente soy muy atractivo ya veo porque caíste a mis pies.

—Manjiro.

—Esta bien iremos con la señora para que arregle esto mañana por supuesto porque ahora tengo sueño.

El rubio se lamenta y acepta su destino, una vez que escucha los ronquidos de su novio sabe que no puede hacer  nada más al respecto.

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Fin de la week
Gracias a todas las personas que leyeron esto ❤

Maitake week 2021Where stories live. Discover now