Día 1 - Sobrenatural. AU sin quirks. Incluye ooc (creo). Mención de sangre.
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Las ciudades pequeñas están llenas de leyendas urbanas. En estos poblados donde la gente vive de manera más tranquila abundan las historias sobre fantasmas. Sobre todo si hay una casona abandonada, como la que había sobre la calle Los Tilos. Rumores que recorrían la ciudad decían que la mansión era habitada por una niña pequeña de ojos rojos y pelo blanco.
Algunos aseguraban que si la mirabas a los ojos verías tu propia muerte, y que quienes se habían aventurado a hacerlo perdían la cordura. Otros aseguraban que la niña tenía cortes en las piernas y los brazos que sangraban constantemente. Claro que no faltaban los escépticos que opinaban que eran todas mentiras, leyendas urbanas que se contaban en reuniones nocturnas, como el viejo de la bolsa, o el llamado "ojo de vidrio".
La casona era una construcción antigua que destacaba en la cuadra donde estaba situada por su arquitectura gótica, su enorme tamaño y la oscuridad que la rodeaba. Era como si el sol nunca llegara a iluminarla. Por su aspecto y su fama, muchas personas realizaban expediciones, filmando videos para publicar en las redes sociales.
Denki había convencido a su novio Hitoshi y a su amigo Hanta para hacer una excursión al lugar, asegurando que su video sería el mejor y que se haría viral. Denki estaba seguro de que todas las historias del pequeño fantasma eran mentira, pero quería inventar algo sobre sus orígenes. Algo clásico como que la madre se volvió loca y la mató. A la gente le gustaba el morbo.
Así fue como los tres se adentraron a la mansión. El portón de reja chirrió cuando se abrió, ninguno lo admitiría, pero el aire se sentía denso y pesado, como si hubiese algo más que gases y vapor de agua.
Entraron a la casa en sí; no había mucha luz, a pesar de que todavía era de día y estaba soleado. Pudieron ver inscripciones en las paredes hechas con pintura roja. Algunas palabras estaban en idiomas extraños. También había dibujos como cabezas con cuernos. Hitoshi pudo ver líneas horizontales una arriba de la otra, cada una tenía una fecha distinta. La línea de arriba de todo era más gruesa que las demás, como si la hubiesen marcado muchas veces.
—Toshi no filmes eso —dijo Denki— filmá el piso, hay muchos pentagramas.
Sin decir nada, Hitoshi se giró para enfocar el piso con su cámara, donde también había restos de velas rojas y negras y pequeños cráneos, quizás de gatos que no corrieron con buena suerte.
—Vayamos a ver las demás habitaciones —acotó Hanta—. Quizás encontremos ofrendas para el fantasma.
El resto de la casa se veía similar, todo era de madera y crujía cada vez que pisaban, como pasaba en las películas de terror. "Bastante cliché" pensó Denki. Hanta se separó de ellos y fue hacia otro cuarto.
La pareja de novios caminaba por un pequeño pasillo, Hitoshi se detuvo para filmar algunas fotos que estaban colgadas. En una de ellas aparecía una niña cuya apariencia coincidía con la descripción del fantasma. Se le ocurrió que quizás los charlatanes de la zona habían basado sus habladurías en una persona real.
