Día 7 - ¿Puedo ofrecerte un huevo en estos tiempos difíciles? (Gracias a Denki_San entendí que había que incluir esta frase en la historia xD Siempre out yo).
AU sin quirks.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Las calles de la ciudad estaban llenas de decoración en tonos pasteles. Listones, banderines, carteles y hasta moños adornaban los comercios y algunas casas. Los cerezos estaban en flor y los pétalos rosados danzaban en el aire, aportando a la escena primaveral y románica que se veía en Musutafu. El día invitaba a pasar un rato al aire libre y estar feliz.
Sin embargo, Hitoshi no estaba feliz. No le importaba el ambiente lindo que había a su alrededor. La semana no podía ir peor, ni siquiera el día, ¡la semana!
Para empezar, la llegada de la primavera le provocó alergia, todo el tiempo tenía los ojos irritados y su nariz moqueaba. Luego, su gato se había enfermado, Manchita tenía una infección urinaria. Algo muy común en los gatos había dicho el veterinario. Con el tratamiento había mejorado, pero su condición había hecho que se preocupe y su rendimiento académico había disminuido. Definitivamente estaba en modo "odio todo".
Ese día, aprovechando que era sábado, había salido a caminar con la esperanza de que su mal humor se disipe, pero no había tenido suerte.
Se sentó en un banco que había en la vereda, a la sombra de un árbol. Ver a la gente feliz le ponía de peor humor, por lo que sacó su celular del bolsillo. Fue mala idea sentarse bajo un árbol, enseguida comenzó a lagrimear y moquear. Maldiciendo internamente buscó un pañuelo.
—¿Puedo ofrecerte un huevo en estos tiempos difíciles?
Levantó la cabeza al escuchar esa pregunta extraña, hecha con una voz demasiado alegre. Sus ojos se toparon con un chico demasiado brillante, tenía orejas de conejo, una mancha negra en la punta de la nariz y algunas rayas en los cachetes simulando bigotes. Bajó un poco la vista y pudo ver que le ofrecía un pequeño huevo de chocolate.
—¿Qué es esto? —preguntó tomando el huevo de chocolate. Vio que el muchacho rubio frente a él tenía una canasta con más chocolate.
—Estamos regalando huevos por la pascua, es de la chocolatería de la esquina —respondió sonriendo. A Shinso le molestaba que sonriera tanto, brillaba mucho—. ¿Estás bien? —preguntó sentándose a su lado. Lo miró sorprendido, ese extraño era muy atrevido.
—Sí —respondió de malos modos—. ¿Qué te hace pensar que no lo estoy?
—Estás llorando —dijo con una mirada de comprensión. Hitoshi volvió la vista al frente.
—No estoy llorando. Soy alérgico al maldito polen.
—Ah. Mi hermana también lo es. La pasa mal en esta época.
Hitoshi lo miró incrédulo. Quería decirle que le importaba un rábano que su hermana sea alérgica a lo que sea. El extraño a su lado lo miró y sonrió con las mejillas rosadas. Eso, sumado al maquillaje que traía en el rostro y las orejas de conejo en la cabeza, hacía que se viera adorable. Shinso pensó que no podía ser grosero con él solo porque había tenido una mala semana.
