Capitulo 15

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Eugene le contó a su padre lo que había visto esa noche.

- Llamaré a un médico.

El duque Ernst parecía muy alterado y conmocionado.

- Eugene, te dejaré a cargo de Cabel y Erich por un tiempo.

- Si padre.

***

La duquesa Ernst a veces todavía actuaba como si su hija muerta estuviera viva incluso después de recibir tratamiento regular.

Sin embargo, sus síntomas mentales habían desaparecido por completo después de traer a una niña pequeña que encontró en el camino.

No fue hasta que trajo a una niña mendiga cuando se fue a tomar un refrigerio que sus síntomas desaparecieron.

Esa chica era Hari.

Eugene odiaba a esa niña que se sentaba en la silla de su hermana.

Sin embargo, debido a que la mentalidad de su madre que parecía más estable desde entonces, se obligó a tragarse su rechazo.

- ¡Qué, la odio! ¿Por qué se tiene que convertir en mi hermana?

- ¡Ella no es Arina! Entonces, ¿por qué tenemos que vivir juntos?

Sus padres decidieron cuidar a esa niña y la trataron como a su verdadera hija.

Obviamente, cuando la vieron, los hermanos sorprendidos no parecían felices porque ella vino a reemplazar a Arina.

Como si el pus hubiera salido de la herida que aún no se había curado. En poco tiempo, esa niña pequeña e indefensa se convirtió en el objeto de su ira.

Quizás, ella era solo un medio para resolver su amarga insatisfacción que se había mantenido apretado hasta ahora.

Eugene tampoco podía controlar las palabras espinosas que salían de su mente cada vez que veía a Hari, a pesar de que sabía que no estaban bien.

- Lo siento...

Cada vez que eso sucedía, Hari siempre se disculpaba con él, y Eugene se sentía cada vez más desconsolado cada vez que la enfrentaba.

Cada vez que Hari se disculpaba con él. Cada vez que la miraba, Eugene se emocionaba cada vez más.

Pero cuanto más lo hacía, más racionalizaban sus acciones.

- Aun así, todavía estás viva. Tú tomaste el lugar de mi hermana, que siempre estaba con dolor por respirar día tras día. Y nos robaste a nuestra madre y a nuestro padre

Se carcomió la cabeza con intensas emociones que se enredaban de arriba a abajo.

Está sucediendo. Sin embargo, Eugene no podía soportarlo, a pesar de que sentía que ese pensamiento no tenía sentido. Porque nunca nadie le enseñó cómo deshacerse de su mente áspera.

Entonces Eugene simplemente se dio la vuelta. Porque odiar a esa niña de siete años era la forma más cómoda para ellos.

- Es raro...

- ¿Eh?

De repente, Hudson, su tutor, escuchó las palabras murmuradas de Eugene.

Eugene levantó la cabeza cuando organizó la lección, como había pedido Hudson. Pero detuvo su mano porque tuvo una sensación extraña.

¿Por qué la casa está tan silenciosa?

Eugene trató de escuchar, pero no escuchó ningún ruido fuera de la puerta.

Si otras personas conocieran sus dudas, ahora haría una expresión como la de Hudson. Pero Eugene siguió su instinto y se levantó de su asiento.

- ¡Hubert!
Bajó las escaleras y llamó a Hubert, su mayordomo.

Cuidado con esos Hermanos Where stories live. Discover now