Capitulo Cuarenta y Tres|Mi nueva Puta.

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C A P I T U L O 
C U A R E N T A  Y  T R E S

Mi nueva Puta.

Kler:

Muchos días antes.

Me esta torturando, Todos los días lo hacía era su tarea favorita. El dolor cada ves era más fuerte, aveces cuando creo que para y que todo ha acabado...No es así. 

Inventa cualquier cosa para hacerme. 

Ya me he echo de todo; Violarme, Golpearme, Amenazarme, No me ha permitido que me den comida hasta que llegue al punto de desmayarme, me ha prohibido tomar líquidos para que me deshidrate.

Aprendí a soportar el dolor. No me puedo quejar, por que si lo hago el hace todo más brusco y fuerte.

Aquí el placer es inexistente, solo el dolor.

Y lo único que puedo pensar es: ¿Cual es el amor que me tenía Jeff? ¿Por que no ha venido por Mi? Si Jeff llega a venir por mi, ¿me querrá aún sabiendo lo sucia y dañada que estoy?

¿Y si el nunca llega? Todos los días de mi vida lo espero, rezando para que el que abra esa puerta sea el y no aquel hombre. 

No se donde estoy y mucho menos se que tipo de persona estoy tratando. Solo se que es un ser despiadado, Violento y asqueroso.

Alguien que no merece vivir. 

Y por otro lado pienso en mi padre, ¿Por que se alejo de mi? ¿Acaso le hice algo malo? El tiempo que he estado aquí encerrada me ha dado por pensar y meditar mucho. 

Me preocupa que tanto pensar me haga perder la cordura. También pienso que por que si solo tengo 15 años jamás he echo algo malo, ¿que estoy pagando?

He pecado, ¿sera Eso? Jamás he robado, ni matado. Mantuve relaciones pero si, dentro de un matrimonio. Ósea que no es Fornicación, ¿O si?

Un golpe fuerte me hace salir de mis pensamientos.

—Te he traído Para acá Arriba, A comer de mi comida. Y tu sumida en tus pensamientos. —Grita Aquel hombre detestable.

Miro mi Plato de comida...Esta intacto.

No he tocado ni siquiera el tenedor.

Solo estoy sentada inmóvil, sin hacer nada.

—Ya te lo he dicho, No tengo apetito.

Aquel hombre rueda la silla de el comedor haciendo un gran estruendo, se acerca a mi.

—Salgan. —Les dice a los de Seguridad, dejando la amplia habitación.

Me agarra por la cara y me mira.

—Me gustan las Zorritas como tú, Desobedientes. No sabes como me encanta eso, me pone cachondo.

Mete su mano debajo de mi vestido y toca mis bragas. Las aparta y mete dos de sus dedos dentro de mi.

Me duele.

Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora