ALEXANDER
Desperté temprano, me sentía renovado, una persona completamente nueva, nunca imagine volver a enamorarme en la vida, pero llego Nathalie a mi mundo y todo cambio, la noche anterior nos habíamos entregado sin reversas ni ataduras, había sido la mejor noche en un buen tiempo.
La respiración acompasada de Nathalie y el peso de su cuerpo en mi pecho me mostraba que todo había sido real, la mujer que amo también me ama, ella me ama, a pesar del tipo de persona que fui con ella, a pesar de como la trate en el pasado, ella había visto algo en mi que ni yo sabia que existía y me amaba a pesar de todo.
Empecé a besarla por el cuello para despertarla.
— Mmm que agradable ser despertada así, me encanta — exclamó perezosa.
— Me encanta que te encante Ma Princesse, te despertare así cada día— entre besos y caricias iniciamos el día entregándonos mutuamente.
Para el medio día estábamos saliendo del hotel rumbo a casa, tenía planeado invitarla a pasar el domingo a mi lado y conocía el lugar ideal para darle una excelente tarde.
— Hola nana Rox, ya vinimos — la escuche gritar y correr hacia la cocina cuando nana le respondió.
— ¡Alex! — corrí cuando escuché su grito llamándome, llegué a la cocina y estaba sentada arriba de la barra como una pequeña niña.
— Alex, Rox sabe hacer tiramisú, ¿puedes creerlo? Amo el tiramisú — sonreí, verla feliz me llenaba de paz, ella comía un trozo enorme de tiramisú de un plato
— Entonces le pediremos a nana que haga tiramisú más seguido — sus ojos se iluminaron.
— Eso sería genial amor — me acerco a ella con sus piernas y me beso suavemente, sentí el sabor del postre en su boca.
— Creo que así me gusta más el tiramisú — volví a besarla, — sabe mejor si viene de tus labios—.
— Es usted todo un coqueto señor Le Roux — sonrió divertida antes de caer en cuenta donde estábamos y sonrojarse por completo, miro a todos lados y supuse que buscaba.
— Nana salió cuando yo entre — ella apoyo su frente en mi pecho.
— Dios que vergüenza, pensé que nos había visto —
— No hicimos nada malo, de hecho, estar en esta posición en medio de tus piernas me agrada mucho — le di mi mejor sonrisa coqueta mientras su rostro se ponía aun más rojo.
— Pervertido —
— Solo con usted señora Le Roux, me encanta como suena mi apellido en ti — la bese suavemente y tomándola de la cintura la baje de la barra.
— Ponte algo muy cómodo, saldremos hoy — fui al despacho y ella corrió a la habitación.
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Empecé a organizar algunos documentos del caso de mis padres, teníamos todo casi listo, sólo necesitábamos los documentos originales de creación de la compañía y los falsos para contrastarlos y empezar a armar el caso, acomode todo en una carpeta y lo puse en la caja fuerte, mire por todo el escritorio y no encontraba los documentos que solicite al abogado para el divorcio, busque un buen rato por todo el despacho y nada, decidí buscarlos luego. Miré el reloj y ya había pasado más de una hora y Nathalie aún no bajaba, fui a buscarla y la encontré llorando en mi lado de la cama.
— ¿Que sucede? — ella me miro asustada, y negó.
— Es que, llamaron del hospital, la abuela tuvo una recaída — sollozo un poco más fuerte cuando la abrace, pero, aunque fue raro no le tome importancia
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Sr. Le Roux
RomanceAlexander Le Roux, un francés frio, arrogante y mujeriego, incapaz de pensar en algo más que no sea su venganza personal, acostumbrado a una vida de lujos y libertinaje, disfruta de su soltería hasta que el destino juega en su contra. Cuando se abre...