Capítulo 6

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El hueco en su estómago no se debía a hambre, era algo más así como ansiedad.

La ansiedad de no saber que iba a pasar en unas cuantas horas no lo había dejado de atormentar desde el sábado que había llegado a casa. Gemma le había estado preguntando que le pasaba y a pesar de confiar en ella más que en cualquier persona en el mundo, no había tenido el valor de decirle lo que había sucedido.
No sabía cómo decirle a su hermana que su entrenador lo había besado y que desde ese momento no había pensado en nada más.

Y era cierto, en la mente de Harry solo estaba Louis y ese momento en el que sus labios tuvieron el placer de acariciarse se repetía una y otra vez.

Harry estaba convencido de que no estaba bien, pero también estaba convencido de que quería más. Quería volver a besarlo, quería saber porque lo había hecho, quería saber más de él; quería más de Louis.

–Harry, tu padre te está hablando —lo reprendió su madre haciéndolo volver al desayuno.

–Perdón, yo... estaba repasando en mi mente los golpes de boxeo —mintió fingiendo interés en el tema.

–Me agrada oír eso, hijo —dijo su padre casi orgulloso—. He hablado con el entrenador Tomlinson esta mañana.

El bocado de comida que acababa de introducir Harry en su boca casi lo hace atragantarse, pero se recuperó lo más rápido y disimulado que pudo.

–¿Sobre qué? —preguntó tratando de ocultar la preocupación de su voz.

–Sobre ti —respondió Robin restándole importancia antes de dar un trago de agua—. Mencionó que estás mejorando tu condición física.

–Sí, yo también te lo dije, padre —le reprochó—. Pero igual que siempre, no me escuchaste.

–Harry —volvió a intervenir su madre.

–Déjalo, Anne, está bien —lo disculpó su padre—. Esta vez no tengo nada porque regañarlo, me alegra que esté dando su mayor esfuerzo y que su entrenador se de cuenta de ello. Harry está cumpliendo su promesa. Debes estar ansioso por el entrenamiento de esta noche.

–¿Ansioso? —preguntó confundido tratando de moderar la preocupación en su voz— ¿Qué tiene de especial este entrenamiento?

–Porque al fin entrenarás como debe de ser —respondió obvio— ¿Por qué otra cosa si no?

–Oh sí, eso. Claro estoy... estoy emocionado.





El entrenamiento llegó antes de lo que pensaba. Aún ni siquiera terminaba de subir las escaleras de la academia cuando mil ideas que ya le habían atormentado en la mente se presentaban de nuevo.

Estaba dispuesto a enfrentar que Louis no le dirigiese la palabra o que incluso volviera a ser el insoportable entrenador que era al inicio, eso con tal de intentar olvidar lo que había sucedido, aunque le pareciera imposible.

Al entrar se encontró nuevamente con Ro, la recepcionista y novia de Louis. Eso era algo que también tenía que mantener en mente; Louis tenía novia.

Después se encontró con Niall y Jack, quienes apenas lo vieron, mostraron sonrisas burlonas en sus rostros.

–¿Qué tal tu entrenamiento éste sábado, princesita? —preguntó Niall terminando de arreglar las vendas en sus manos.

–¿Te gustó el final de tu entrenamiento? —preguntó ahora Jack haciendo que un fuerte carmín se apoderará de las mejillas del ojiverde.

–¿A-a qué te refieres? —preguntó Harry nervioso.

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