Capítulo 36

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Narra Estella

¿Cómo se sentirían si la abuela que pensaban que estaba muerta, en realidad no lo está?

Siempre veía los cuadros que están por los pasillos, porque, aunque no son muchos, sin duda tenía esa pequeña esperanza de qué tal vez podría conocerla. Pero no, todos me habían dicho que ella había muerto y que me habían puesto su nombre en honor a ella.

Esa ilusión de ver a mi abuelo feliz, al fin se cumplía. Puedo ver como sus ojos tienen un nuevo resplandor al mirarla, más la sonrisa que se extiende por sus labios, y, sobre todo, el amor que desprende es algo tan magnifico.

Mi madre, el abrazo que le dio a la que es mi abuela es el mismo que yo le doy siempre que la necesito, cuando quiero sentirme en tranquilidad y completa.

Mi mano sujeta fuertemente la mano de Edward, es lo único que hace que me sienta tranquila en estos momentos.

Mi hermano se acerca y la abraza, ella le dice muchas cosas, pero yo no presto atención. Se parece mucho a mi mamá, pero ella parece que se transformó un par de años más grande, tal vez en años mortales aparenta unos 35 años, sus facciones son maduras, muy finas y tiene esa aura que hace que te sientas tranquila a su alrededor. Sus ojos verdes son hipnóticos y sin duda es demasiado hermosa, mucho más que en los cuadros.

Edward aprieta un poco mi mano, lo miro y él me da una sonrisa, antes de señalarme a la mujer, quien tiene sus brazos levemente extendidos hacia mí.

No lo dudo más y en un segundo ya estoy siendo abrazada por ella. Siento el mismo cariño que me brinda mi abuelo cuando me abraza.

¿Ella es la razón por la que mi abuelo no había matado a Nicolás desde hace años?

—Eres muy hermosa, Lilianette —hace años nadie me llamaba por ese nombre, se siente extraño pero lindo viniendo de ella.

Me separo de ella, su voz es suave, pero al mismo tiempo segura. Mi abuelo se ve demasiado feliz, así que estoy segura que ella es perfecta para estar con él.

—No sabes cuánto quise tener una abuela —suelta una ligera risa.

—Ya no me iré.

—Claro que no —aseguro. Giro sobre mi propio eje y camino hacia Edward, agarro su mano y nos volvemos a acercar a mi abuela—. Él es Edward Cullen, mi prometido.

—Es un placer conocerla —dice Edward con una sonrisa.

—El sentimiento es mutuo, Edward —estrechan las manos—, ¿eres el hijo de Carlisle? —mi prometido asiente y señala a los Cullen, que miran todo con confusión y se notan un poco incómodos, no es para menos, la situación es confusa—. Entonces fuiste el afortunado de poder ser mitad vampiro tradicional —frunzo mi ceño, sabía que Edward no es completamente evolucionado, pero ella lo dice como si supiera perfectamente del porqué no lo es—. ¡Oh, Carlisle! ¡Cuánto tiempo sin verte! —le da una mirada a mi abuelo, quien asiente con una sonrisa antes de acercarse a Carlisle.

—Es bueno verla con bien, Lilianette —besa el dorso de la mano de mi abuela, para después abrazar a Esme—. Le presento a mi esposa, Esme.

—Una gran mujer, Carlisle, no cabe duda que estaban destinados a estar juntos —Esme le da una sonrisa.

Siento los brazos de Edward rodear mi cintura, volteo mi cabeza y él se inclina un poco para darme un casto beso. Suelto un innecesario suspiro y sonrío.



















Narrador Omnisciente



Los meses pasaron tan rápido que incluso sorprendía a los vampiros. Después de eliminar a la familia Peruzzi, todo estaba muy tranquilo. Lilianette se comenzaba a acoplar perfectamente a la nueva época. Las cosas se habían aclarado muy bien.

Una Vampira Diferente «Edward Cullen»Where stories live. Discover now