Capítulo 6

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Jared Leto es Gastón Vlad

La rubia Vlad había estado caminando sin sentido por el bosque durante 15 minutos, esperando a que el cobrizo dejara de seguirla, o en todo caso que le hablara. No podía irse porque estaba claro que, si Edward veía alguna de sus habilidades, perdería la diversión para ella.

—Deberías dejar de seguirme, eso podría considerarse como acoso —Edward frunció el ceño. Había sido demasiado cuidadoso para no ser escuchado por la rubia, aunque parecía que no había dado resultados. Con pasos cautelosos se acercó a la rubia, hasta quedar a su lado.

—Estás perdida —aseguró. Estella soltó una carcajada y negó, empezando a caminar—. Lo estás. Has estado todo este tiempo caminando sin sentido.

—Solo esperaba que dejaras de seguirme —habla de manera obvia.

—El bosque puede ser muy peligroso, en especial si estás sola.

—Sé cómo defenderme, Edward.

El silencio se prolongó durante unos minutos. Edward quería disculparse, pero el hecho de no poder leer la mente de la rubia, lo fastidiaba demasiado, así que no dijo ninguna palabra.

Por otro lado, Estella tenía demasiado orgullo como para hablarle de nuevo. Al menos no, mientras Edward no se disculpe. Para ella era muy importante que las personas reconocieran sus errores. Podría ser una niña caprichosa, pero siempre reconocía cuando hacía algo mal.

Estella estaba cansada, no física, sino mentalmente ante el silencio. Solo quería que Edward se fuera para salir volando del lugar, y lo pensaba de una forma demasiado literal.

—Lo siento —lo había dicho. La voz del cobrizo apenas fue un susurro. Uno tan bajo, que, si Estella no tuviera oído sobrenatural, seguramente no lo habría escuchado.

—¿Qué cosa? —ambos se detuvieron y se le quedó mirando, pero Edward no pronunció palabra alguna.

Estella simplemente empezó a caminar de nuevo. Ella nunca rogaba nada ni a nadie, a menos que fuera a su abuelo. Debía tener dignidad y alejarse de quien la tratara mal, no sin antes darle su merecido. Eso era algo que su abuelo le decía.

—Siento de alguna forma, haberte insultado —Estella solo asintió y siguió caminando. Eso era suficiente para ella. Podría decirse que "tanto drama para nada" pero así era ella. Él había querido disculparse, y lo hizo. Significaba que había reconocido que había hecho, o en este caso, dicho algo mal, y eso era suficiente para ella.

No todos tienen el valor de reconocer su error y tratar de arreglarlo.

—¿No dirás nada? —la rubia rodó los ojos y se sentó en un tronco que estaba en el suelo.

—Está bien, Edward, te perdono —el cobrizo asintió y se sentó a un lado de ella—. Realmente solo estoy esperando a que te vayas.

—¿No te puedo acompañar a tu casa? —Estella negó—. ¿Por qué?

—Porque no me agradas.

Parece ser demasiado honesta. Pensó el cobrizo. Como si a mí me agradara mucho.

Ya que no te quieres ir, dime, Edward, ¿Cómo vas con tu novia?

—¿Novia? —Estella rodó los ojos.

—Si, Isabella, los vi hablando en la cafetería —la rubia en realidad no los vio, pero si había escuchado que Isabella invitaba a Edward a la playa.

—No es mi novia, es un aperi... —Edward no terminó la oración, dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir—. Una... compañera.

¿Así que aperitivo, Edward? Pensó la rubia. ¿Dónde habrá quedado lo vegetariano?

Una Vampira Diferente «Edward Cullen»Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon