CAPÍTULO QUINCE

73.3K 5.9K 5.7K
                                    

CARIÑO, ESTÁS PERFECTA ESTA NOCHE



—Disculpa, ¿nos conocemos de algún lado? —Pregunto.

—No creo que lo hagamos —responde él como si nada—, es solo que todo el mundo ha estado hablando de la despampanante mujer que llegó con uno de los Ross, y ambos sabemos que esa no es Katherina.

Me remuevo un poco incómoda, mientras que trato de sonreír a este extraño elogio.

—Ya ves que no soy la gran cosa —respondo.

Idiota.

Mil veces idiota.

Pero es que estas situaciones me hacen sentir por demás incómoda, que a veces no sé como manejarme.

El hombre es alto, bastante y tiene los rasgos bastante definidos, el cabello cobrizo y los ojos verdes con una barba incipiente en sus mejillas.

—Lamento no estar de acuerdo con usted... —dice y luego tiende su mano, la cual observo unos cuantos segundos antes de tomar. —Soy Nethan, ¿tú eres?

—Minerva —respondo, escueta.

—Minerva —repite él, como si estuviera probando mi nombre en sus labios—, ¿me harías el honor de acompañarme a un baile?

Ay, no me jodas, ¿en serio?

Yo que tenía tanta hambre.

—Seguro —respondo, pues porque no me parece educado decir que no.

El hombre, Nethan, sonríe orgulloso, como si haber accedido a su baile le diera un acceso directo a mi chocho.

No señor.

Mi chocho tiene nombre y apellido. 

Camina tomándome de la mano al centro de la pista y yo me siento bastante incómoda, por que si de por sí antes sentía que todos me miraban, ahora siento que también lo hacen, pero a diferencia de hace un rato, en este momento no me siento segura.

—¿Sabes? Pensándolo bien... —intento decir, para deshacerme de su agarre, de todas maneras Nethan no me lo permite.

—Será solo un baile, Minerva —murmura él. —Prometo que luego te dejo ir —agrega y cuando mis ojos se clavan en los suyos, agrega:—Si quieres irte, claro.

Me siento bastante desubicada, de eso no hay duda y este hombre me da mala espina, ¿si sabes lo que quiero decir? Cuando alguien simplemente no te gusta, su tacto, su aura, simplemente siento rechazo.

Una canción a la que no puedo prestarle atención comienza a sonar, mientras él me toma con su enorme brazo por alrededor de la cintura y con la otra toma mi mano con delicadeza.

Por suerte esas son las únicas partes de nuestros cuerpos que se tocan.

—En verdad él no te merece —murmura distraído, mirándome de una manera que me sigue incomodando.

—No se de quien hablas —respondo.

—De Ross —dice él como si nada—, no se merece una cosa tan pura como tu.

—No soy una cosa —digo en un tono mordaz. —Y lo que pase entre Dean y yo no tendría que ser de tu importancia, de todas maneras siquiera me conoces —agrego.

—Encima con carácter —agrega, sonriendo con cinismo. —¿Y como estas tan segura de que no nos conocemos? —Murmura y es en ese momento que todas las alarmas comienzan a sonar en mi cabeza.

Pecado con sabor a caramelo. LIBRO 2Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin