El día de hoy les ofrezco todo un mes de personajes de Haikyuu siendo extremadamente cursis para endulzar sus corazones.
Mes propuesto por la pagina #EsDeFanfics #Flufftober
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Día 12: Promise Rings Pareja: Hinata Shoyo x Kageyama Tobio Resumen: Después de todo, hay una promesa que los sigue uniendo.
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Entre Brasil y Tokio hay una distancia aproximada de por lo menos 17370 km en avión. Son 21 horas de vuelo si solo lo quiere hacer en una escala, con un boleto de poco más de mil cuatrocientos dólares.
Hinata no es muy bueno con las matemáticas, pero si el convertidor y la calculadora de su teléfono celular no le mienten, tendría que ahorrar durante meses para darse el lujo de visitar a Kageyama en el distrito de la ciudad de Koganei.
Así que, no podía decir que se arrepentía de haberse declarado a Tobio la noche anterior. Él mismo le había dicho que hizo un gran esfuerzo para poder visitar Brasil, y era poco probable que se volvieran a ver en un futuro cercano. Si no era en esta ocasión, entonces sería nunca.
Pero al menos, desearía haberlo hecho en su último día de estadía, y no en el primero. De esa forma podían evitarse la incomodidad de la semana restante. Incomodidad, que ahora era bastante palpable, incluso ante los ojos de Pedro a pesar de que acabara de conocer a Kageyama hace menos de tres días.
—Solo había sabormorado —Tobio le extiende una bebida energética cuando regresa de la tienda de conveniencia. No lo mira a los ojos, de la misma forma en la que le ha esquivado la mirada toda la mañana.
Hinata libera un bufido, y se deja de columpiar en el juego infantil en el que estaba para tomar la botella.
—El morado no es un sabor —reprocha, y Kageyama le contesta con otro bufido más fuerte. Frunce el ceño mientras toma asiento en el columpio que está junto al suyo, y abre el frasco de leche fría que pidió para él.
—Todo estaba escrito en brasileño, ¿cómo quieres que sepa el sabor? —gruñe entre dientes. A su lado, Shoyo le da el primer sorbo y deja escapar un gemido aliviado. Después de jugar voleibol toda la tarde, le sienta como probar el mismísimo cielo.
